El FBI ejecutó una orden de registro en la finca Mar-a-Lago, en Palm Beach, Florida, del expresidente Donald Trump como parte de una investigación sobre la supuesta sustracción de documentos de la Casa Blanca, incluido material potencialmente clasificado.
La redada, que duró horas, terminó con la incautación de documentos en papel. La abogada de Trump, Christina Bobb, estuvo presente durante la búsqueda. Se trata de un hecho histórico que el Departamento de Justicia y el FBI investiguen la residencia de un expresidente.
Donald Trump se está enfrentando a una elevada cantidad de amenazas legales cada vez más compleja. Ningún expresidente estadounidense, sobre todo uno que está considerando seriamente volverse a presentar en las elecciones de 2024, se ha enfrentado a una acción de aplicación de la ley pública de este tipo, lo que de inmediato llevó a sus aliados de la extrema derecha a pedir responsabilidades e incluso a la eliminación de las agencias federales de aplicación de la ley.
El propio Trump denunció el registro del FBI y lo comparó con el Watergate. «Incluso abrieron mi caja fuerte» para, a continuación, afirmar que su resort estaba «bajo asedio y ocupado por un gran grupo de agentes del FBI. Después de trabajar y cooperar con las agencias gubernamentales relevantes, esta redada no anunciada en mi casa no fue necesaria ni apropiada», afirmó Trump.
El expresidente no estaba presente en Mar-a-Lago, sino en la Torre Trump de Nueva York y fue su hijo Eric el que le informó de la redada.
Aunque la investigación sobre la utilización de los documentos presidenciales por parte de Trump se ha estado filtrando durante meses, se ha mantenido en gran medida en un segundo plano mientras el comité del Congreso que investiga el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 y si Trump cometió delitos para interrumpir la transición del poder después de su derrota en las elecciones de 2020.
La Administración Nacional de Archivos y Registros (NARA, por sus siglas en inglés) había confirmó en febrero de este año que había tratado de recuperar 15 cajas de documentación de Mar-a-Lago que consideró que se habían sustraído indebidamente, incluidas algunas marcadas como «información clasificada de seguridad nacional». NARA en ese momento que se habían puesto en contacto con el Departamento de Justicia sobre los documentos recuperados y que habían tenido comunicaciones continuas con el equipo de Trump sobre la recuperación de documentos presidenciales perdidos.
NARA, además, también señaló que estaban trabajando para recuperar mensajes de redes sociales no archivados y que tenían evidencia de que Trump rompió y destruyó algunos papeles, de los cuales no todos fueron recuperados. En diciembre NARA confirmó que estaban revisando si el jefe de personal de Trump, Mark Meadows, había almacenado correctamente los registros de su teléfono personal y cuentas de correo electrónico.