Elon Musk dice adiós a la Casa Blanca tras meses de fracasos y críticas

Su estancia en el gobierno de Trump marca un punto de inflexión en su carrera, con críticas al gasto y desencuentros con la administración

29 de Mayo de 2025
Actualizado a las 9:39h
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Trump y Musk en el Despacho Oval.
Musk y Trump, dos socios en el Despacho Oval

Elon Musk ha confirmado oficialmente que abandona su puesto como "empleado especial" del gobierno de los Estados Unidos, donde lideraba el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en un intento por recortar el gasto federal. Después de meses de controversias, fracasos y choques con altos funcionarios, el magnate de Tesla y SpaceX ha decidido dejar Washington, donde se había involucrado profundamente en la política de la mano de Donald Trump. Pero la realidad de la política estadounidense, con sus complejidades y resistencias, ha demostrado ser mucho más difícil de cambiar de lo que Musk había anticipado.

El camino de Musk en Washington comenzó con grandes expectativas. Tras una contribución millonaria a la campaña de Trump en 2024, Musk se convirtió en una pieza clave en su administración, liderando esfuerzos para reducir drásticamente el gasto del gobierno. Su misión con DOGE era clara: eliminar "desperdicios", reducir el déficit y cambiar la forma en que se gestionaba el aparato estatal. En sus primeros días, Musk parecía estar llevando a cabo una revolución en la burocracia estadounidense, con medidas como la eliminación de agencias y despidos masivos de empleados federales.

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Sin embargo, los problemas empezaron a acumularse rápidamente. A pesar de sus ambiciosos objetivos, Musk no logró reducir el déficit como prometió, y los recortes fiscales propuestos por Trump aumentaron aún más la deuda federal, lo que resultó en una tensión creciente entre Musk y algunos de los aliados de Trump en el Congreso. Además, la política de austeridad agresiva de Musk encontró una feroz resistencia tanto de los legisladores como de las cortes, que bloquearon muchas de sus iniciativas.

De héroe a villano

Lo que comenzó como una misión de eficiencia acabó convirtiéndose en una de las intervenciones más controvertidas del mandato de Trump. En varias ocasiones, Musk mostró su frustración con el sistema político de Washington. En una reciente entrevista, Musk se mostró "decepcionado" con el proyecto de ley fiscal respaldado por Trump, que él consideraba contraproducente al aumentar el déficit en lugar de reducirlo, un golpe directo a los esfuerzos de su equipo.

"Me decepcionó ver el enorme proyecto de ley de gastos, que aumenta el déficit presupuestario, en lugar de reducirlo, y socava el trabajo que está realizando el equipo DOGE", expresó Musk en un extracto de una entrevista con CBS. La ley, que proponía grandes recortes fiscales y aumentos en el gasto militar y en la construcción del muro en la frontera con México, estaba en completa contradicción con los objetivos de reducción del gasto de Musk. La decepción de Musk fue evidente cuando señaló que las políticas del presidente no ayudaban en su lucha por reducir el déficit y cumplir con sus promesas de campaña.

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El costo personal y profesional

El impacto de su participación en el gobierno también tuvo consecuencias negativas para Musk y sus empresas. Tesla, su compañía insignia, vio cómo su valor en bolsa se desplomaba debido a los conflictos de interés generados por su papel en la Casa Blanca. Además, sus intervenciones en la política provocaron una creciente polémica en sus redes sociales, donde Musk aprovechaba su plataforma para atacar a sus enemigos políticos, lo que generó una imagen cada vez más tóxica.

Su decisión de abandonar el gobierno llega después de una serie de reflexiones en las que Musk reconoció que había dedicado demasiado tiempo a la política en detrimento de sus negocios. En una entrevista con Ars Technica, Musk admitió que su tiempo en la administración fue excesivo, lo que afectó tanto su reputación como las finanzas de sus empresas. "Probablemente pasé demasiado tiempo en política", dijo Musk, añadiendo que ahora reduciría su participación en asuntos gubernamentales.

La marcha de Musk deja un vacío en el gobierno

La salida de Musk deja una huella significativa en el gobierno de Trump. Si bien no logró cumplir con la meta de reducir el déficit federal en un billón de dólares, su paso por Washington marcó un giro radical en la forma de gobernar, con medidas radicales que aún resuenan en la administración. Su equipo de DOGE, aunque cuestionado y criticado, hizo avanzar la agenda de Trump de reducción del gasto, pero a un alto costo político y personal.

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A pesar de su partida, algunos de los miembros clave de su equipo, como Steve Davis y Antonio Gracias, seguirán trabajando en el gobierno, y los recortes impulsados por DOGE continuarán bajo la supervisión de Russell Vought, un aliado de Trump. Sin embargo, la salida de Musk marca el fin de una era en la que el magnate trató de imponer su estilo empresarial a la política estadounidense, algo que, al final, no funcionó como esperaba.

Reflexión final

Elon Musk ha demostrado ser una figura polarizadora no solo en el ámbito empresarial, sino también en la política. Su incursión en la Casa Blanca, aunque ambiciosa, no ha sido la panacea que esperaba para transformar Washington. Los problemas estructurales y las resistencias inherentes al sistema político estadounidense han dejado en evidencia que, aunque Musk es un genio de la innovación empresarial, la política no se maneja de la misma manera que una startup de Silicon Valley. Al final, su retirada de Washington deja una sensación de frustración, tanto para él como para los que esperaban ver cambios radicales en la forma de gobernar.

Aunque Musk abandona la Casa Blanca, su legado en la política estadounidense seguirá siendo debatido durante mucho tiempo. ¿Fue su experiencia un fracaso rotundo o un punto de inflexión en la relación entre los negocios y la política en EE.UU.? Solo el tiempo lo dirá.

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