En respuesta a las amenazas del gobierno israelí de cerrar el Consulado General de España en Jerusalén, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha defendido firmemente la continuidad y el estatus histórico de esta misión diplomática. Albares subrayó que el consulado español en Jerusalén fue creado en 1853, mucho antes de la existencia del Estado de Israel, y ha operado con total normalidad desde entonces, ganándose un estatus especial que Israel ha reconocido desde el inicio de las relaciones diplomáticas en 1986.
Consulado General de España en Jerusalén
La tensión surgió después de que el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz, advirtiera que cerraría el consulado si España continuaba prestando servicios a ciudadanos palestinos de Cisjordania. Katz argumentó que cualquier conexión entre el consulado español y la Autoridad Palestina supone una amenaza para la seguridad nacional de Israel y debe ser completamente prohibida.
En su respuesta, Albares enfatizó que España no caerá en provocaciones y rechazó cualquier obstrucción al trabajo normal de su misión diplomática. “El consulado español tiene un estatus muy particular y ha estado funcionando con total normalidad desde 1853. Israel reconoce y se compromete a respetar ese estatuto histórico del consulado general”, afirmó el ministro.
Además, Albares criticó las tácticas utilizadas por Israel, como filmar a los embajadores y exponerlos públicamente cuando son convocados al Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. “Hay una cortesía y unos usos diplomáticos que no se pueden violentar”, señaló, resaltando la importancia de mantener la diplomacia respetuosa y profesional entre naciones.
Reconocimiento de Palestina
El trasfondo de esta disputa se encuentra en el reciente reconocimiento del Estado palestino por parte de España, junto con Irlanda y Noruega, el pasado 28 de mayo. Esta acción ha intensificado las tensiones con Israel, que ve cualquier forma de apoyo a la Autoridad Palestina como una amenaza a su seguridad.
Albares destacó la necesidad de poner fin a las hostilidades en la región y buscar una solución que alivie el sufrimiento de la población civil. “Es necesario poner fin a las hostilidades que solo están conduciendo día a día a un sufrimiento insoportable de la población civil y dar pasos hacia una nueva gestión de Gaza. Tan pronto como callen las armas, Gaza y Cisjordania deben quedar bajo una única autoridad palestina”, concluyó el canciller español.
Reacciones internacionales
Las amenazas israelíes y la firme respuesta española han captado la atención de la comunidad internacional. Varios países y organizaciones han expresado su preocupación por el aumento de las tensiones y han llamado a un diálogo constructivo que evite el deterioro de las relaciones diplomáticas en la región.
El reconocimiento de Palestina por parte de España, Irlanda y Noruega se enmarca en un esfuerzo más amplio por parte de la comunidad internacional para encontrar una solución pacífica y justa al conflicto israelí-palestino. Sin embargo, estas acciones han sido recibidas con resistencia por parte de Israel, que mantiene una postura firme contra cualquier medida que considere que socava su seguridad y soberanía.
Consulado español en Jerusalén
El consulado español en Jerusalén no solo tiene un valor histórico, sino que también juega un papel crucial en la prestación de servicios consulares a ciudadanos españoles y en la facilitación de relaciones diplomáticas en la región. Su cierre no solo afectaría a los ciudadanos españoles y palestinos que dependen de sus servicios, sino que también representaría un golpe significativo a la presencia diplomática europea en Jerusalén.
La defensa del consulado español en Jerusalén por parte de José Manuel Albares subraya la importancia de mantener una presencia diplomática activa y respetuosa en una región marcada por la complejidad y las tensiones históricas. A medida que las relaciones entre Israel y España enfrentan este nuevo desafío, la comunidad internacional observa atentamente, esperando que se puedan encontrar soluciones pacíficas que respeten los derechos y la dignidad de todas las partes involucradas.