La organización terrorista Estado Islámico (EI) ha reivindicado la última sangrienta oleada de atentados en Kabul. Los expertos creen que se trata de la respuesta del movimiento yihadista que se extiende por todo el mundo después de que Estados Unidos abatiera al líder de al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, en un ataque con drones. Estado Islámico ha puesto sus ojos en Afganistán después de que la Casa Blanca diera orden de retirar las tropas estadounidenses del país. Los fundamentalistas, que ya controlan amplios territorios en Irak, Siria y otros países de Oriente Medio, consideran que el país donde se planearon los atentados del 11S en Nueva York es una especie de santuario del terrorismo internacional. Pero los yihadistas no solo tienen a los americanos como sus enemigos, también creen que los talibanes les han traicionado. De ahí que hayan declarado la guerra al régimen de los clérigos de Kabul, que a duras penas tratan de controlar el territorio nacional, parte del cual ya ha caído en manos de los talibanes.
Ayer un sangriento ataque contra una mezquita en Kabul dejó decenas de muertos. Hace una semana, murieron al menos tres personas y otras 21 resultaron heridas, en otro ataque en la capital afgana con un balance de ocho muertos. “Los soldados del califato hicieron detonar un dispositivo explosivo en una concentración de rafidas (palabra con la que el EI denomina de forma despectiva a los chiíes y que significa "los que rechazan") e infieles talibanes en la zona 6 de Kabul”, indicó el grupo yihadista en un comunicado difundido a través de sus medios de propaganda en Telegram.
El atentado tuvo lugar en una zona residencial habitada por la minoría chií hazara, que celebra en estos días múltiples eventos religiosos, con la explosión de un artefacto colocado al borde de una carretera.
El grupo terrorista, conformado por suníes, otra rama del islam, aseguró haber asesinado a 20 personas en este ataque, aunque según las autoridades afganas son al menos tres los fallecidos y 21 los heridos.
Se trata del segundo atentado en el mismo barrio en menos de 24 horas, ya que el viernes otras ocho personas perdieron la vida y 18 resultaron heridas a causa de una bomba hecha detonar en un mercado.
EI, que siempre ofrece un balance de víctimas muy superior al oficial en sus reivindicaciones, elevó la cifra de muertos al menos a 20, según un comunicado casi idéntico al de hoy.
La organización terrorista, que considera a los chiíes apóstatas, perpetró varios atentados contra ellos en Afganistán, varios de ellos dirigidos contra sus lugares de culto, como las mezquitas.
Desde su llegada al poder, en agosto del año pasado, los talibanes han lanzado varias operaciones contra el Estado Islámico en el país, deseosos de demostrar que su regreso había supuesto también el fin de la violencia en el país.