El funeral del papa Francisco se celebra el sábado 26 de abril en la plaza de San Pedro del Vaticano, seis días después su fallecimiento el pasado lunes. Se espera que sea la mayor concentración de fieles y dignatarios en un solo día desde las exequias de Juan Pablo II hace dos décadas.
Desde el miércoles 23 de abril y hasta la noche del viernes 25, el cuerpo del pontífice ha permanecido en la capilla ardiente en la basílica de San Pedro, donde más de cientos de miles de fieles han formado grandes colas para rendirle un último homenaje. La ceremonia de traslado a la basílica incluyó una procesión solemne en la que cardenales entonaron cantos en latín mientras portaban el ataúd sobre sus hombros.
A las 10 de la mañana comenzará la misa exequial en la plaza de San Pedro. El rito se regirá por el Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, la edición más reciente de las rúbricas litúrgicas para funerales papales, aprobada por el propio Francisco en abril de 2024. El papa lo tenía claro, el funeral debía ser el de «un pastor y un discípulo de Cristo, no el de una persona poderosa en este mundo». Se prevé que la ceremonia dure aproximadamente 90 minutos, tras los cuales el ataúd será trasladado en procesión hasta la basílica de Santa María la Mayor para su entierro, siguiendo el deseo expreso del pontífice de reposar en un lugar modesto fuera del Vaticano.
El mundo en la plaza de San Pedro
Más de 200 delegaciones extranjeras confirmaron su asistencia, entre ellas los presidentes Donald Trump, Emmanuel Macron, Luis Abinader, Felipe VI, Giorgia Meloni o Volodímir Zelenski, además de jefes de Estado, primeros ministros y miembros de casas reales. Según el protocolo vaticano, los invitados se ubicarán en orden alfabético y por rango eclesiástico. Así, Donald Trump ocupará un lugar en la “tercera fila” en San Pedro, lejos de la primera bancada destinada a cardenales y monarquías católicas.
Seguridad
Roma ha decretado cierres viales y reforzado el despliegue policial: más de 8.000 agentes, unidades antidrón y equipos de inteligencia de la OTAN velarán por el orden público en un perímetro que abarca del Castel Sant’Angelo a la plaza de San Pedro. El área estará dividida en sectores para peregrinos, prensa y delegaciones oficiales, con pantallas gigantes y megafonía en varios idiomas.
Ritos y simbolismo
El funeral se estructurará en tres «estaciones» principales:
- Preparación del cuerpo y lectura de pasajes bíblicos en la capilla Sixtina.
- Misa exequial en San Pedro, con oraciones intercaladas por himnos gregorianos.
- Entierro en Santa María la Mayor, donde Francisco será colocado en un sencillo ataúd de madera, sin los tres féretros tradicionales, y su tumba estará marcada únicamente con la inscripción “Franciscus”.
Con este funeral, el papa Francisco dejará una última enseñanza de humildad: abandonar la pompa de siglos para descansar en una iglesia cerca de uno de los iconos de la Virgen María que más veneró. La ceremonia, cargada de simbolismo, cerrará un pontificado que cambió el rostro de la Iglesia al enfatizar la cercanía con los pobres y marginados.