El gobierno de los Estados Unidos revisará la historia para garantizar que se alinea políticamente con Trump

Trump impone su relato: los museos, al servicio de una historia a la carta

13 de Agosto de 2025
Actualizado a las 12:39h
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Donald Trump baila hasta con un cuarteto de cuerda | Foto: The White House

El Gobierno de Estados Unidos ha iniciado una revisión exhaustiva del contenido de los museos de la Institución Smithsonian, considerada uno de los referentes culturales y científicos más importantes del mundo, con el objetivo de garantizar que sus exposiciones y materiales no incluyan “narrativas divisorias o partidistas”. La medida responde a las directrices impulsadas por el presidente Donald Trump para que todo organismo financiado con fondos públicos se alinee con sus políticas y visión de la historia nacional.

En una carta enviada desde la Casa Blanca, el Ejecutivo argumenta que, de cara a la conmemoración del 250 aniversario de la independencia del país, es “más importante que nunca” que los museos reflejen “la unidad, el progreso y los valores que definen la historia americana”. El documento insta a realizar una “revisión interna” de todo el contenido ya disponible —incluidas exposiciones actuales, material educativo y publicaciones en redes sociales—, así como de los planes de exhibición futuros, con especial atención a las iniciativas relacionadas con el aniversario de la Declaración de Independencia.

La nota establece un plazo de un mes para que los distintos museos comiencen a remitir informes detallados sobre sus contenidos. A partir de esos documentos, y en un periodo de cuatro meses, el Gobierno prevé implementar “correcciones” para sustituir términos o enfoques considerados “ideológicos” por otros “unificadores y históricamente precisos”.

La revisión se enmarca en la orden ejecutiva firmada por Trump en marzo, en la que denunciaba lo que considera una “manipulación histórica” que, según él, ya estaba presente en las instituciones Smithsonian. En aquel texto, el mandatario lamentaba que en ciertos discursos académicos y museísticos se retrate la historia de Estados Unidos como “racista, sexista, represiva o irremediablemente fallida”, y defendía la necesidad de reforzar una narrativa que subraye los logros y virtudes del país.

La medida ha generado debate entre historiadores, trabajadores culturales y defensores de la libertad académica, quienes temen que la iniciativa pueda derivar en censura o en la imposición de una versión única de la historia, especialmente en un momento de gran polarización política en Estados Unidos.

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