El actor Stephen Fry, muy recordado por su papel en V de Vendetta, se ha hecho viral en los últimos dos meses por un comentario que hizo en una entrevista en Times Radio. En concreto, Fry hizo una mención a un comentario que le habían hecho en los días en los que se desató la polémica por el saludo nazi de Elon Musk.
“Elon Musk no es un nazi, los nazis hacían buenos coches”, afirmó el actor en un comentario verdaderamente acertado porque los coches que fabrica la empresa propiedad del personaje no se caracterizan, precisamente, por su calidad. Ya lo advirtió el programa Top Gear, uno de los iconos de referencia del mundo de la automoción hace 17 años. Entonces, cuando analizaron el Tesla Roadster fueron contundentes: caro, pesado y, sobre todo, poco fiable, algo que demostraron cuando, tras solo 80 kilómetros, el Tesla se quedó sin batería y la imagen del equipo del programa empujando el coche provocó que Musk los demandara por difamación. Diecisiete años más tarde, con las ventas de Tesla en caída libre y su valor en bolsa cayendo, Jeremy Clarkson se tomó su venganza: “Diecisiete años después de que el amable Sr. Musk me demandara, la victoria es mía”, afirmó en un artículo publicado por The Times.
El apoyo de Musk a Donald Trump le está pasando factura. Los pedidos en Europa se están desplomando, mientras que los coches asiáticos, sobre todo los de fabricación china, le están comiendo el mercado porque, además de ser más baratos, tienen una calidad muy superior. No hay más que ver la comparación de la gama alta de Tesla con el nuevo coche fabricado por Xiaomi.
A esto hay que unir el apoyo que el tipo que hizo un saludo nazi ha dado a partidos y formaciones neonazis en Europa, como sucedió en Alemania, o su apoyo a fanáticos ultras como Javier Milei. No hay más que recordar la alegría con la que recibió una motosierra de regalo durante la celebración del aquelarre de la extrema derecha mundial.
Por otro lado, las políticas de Donald Trump están provocando el rechazo de los ciudadanos estadounidenses, tanto los que fueron estafados por el presidente como los que ya sabían lo que se les venía encima. Musk también lo está pagando.
El movimiento “Tesla Takedown” (cerrar Tesla) lleva varias semanas manifestándose en los concesionarios de la marca de coches de Elon Musk. En casos aislados, las protestas terminaron en violencia extrema como la quema de automóviles y de algunos puntos de venta.
Esto ha provocado que los fanáticos y grupos paramilitares de extrema derecha hayan decidido salir en defensa de los intereses de Musk. Como a estos movimientos les van los nombres rimbombantes, se han bautizado como el “Tesla Shield” (el escudo de Tesla).
Entre los que han acudido a expulsar a los ciudadanos que protestan en los concesionarios de Musk se encontraban lo mejor del país: Proud Boys, milicias armadas como Veterans on Patrol, miembros del Ku Klux Klan y hasta personas disfrazadas de Hitler. Eso sí, todos ellos con ropa militar, chalecos antibalas y armados.
El propio Musk, viendo el descenso vertiginoso de las ventas, acudió a llorar a la cadena de televisión ultra Fox, para pedir que la gente fuera considerada con él y que no pagara con sus empresas su rencor por sus acciones en el gobierno. Donald Trump no dudó en calificar de terroristas a las personas que protestaban contra Tesla y el secretario de Comercio, cuyas empresas poseen millones de dólares en acciones de la compañía automovilística, no dudó en utilizar una entrevista en Fox (el único lugar capaz de acoger a estos personajes) para reclamar al pueblo estadounidense que compraran acciones de Tesla para evitar con siguieran bajando su valor.