Gastan cantidades enormes de dinero en lobistas y agencias de relaciones públicas de Estados Unidos para mantener bien engrasadas las relaciones con senadores, congresistas y altos cargos de Washington. Su mejor golpe fue contratar, para hacerse cargo de sus intereses, a Gregory Craig, un abogado especializado en el loby duro. Pero, no solo eso, la mayor gracia de este halcón reside en haber sido compañero de estudios de Derecho en la universidad de Yale de una persona que con el tiempo pasaría a ser de las mas poderosas de Estados Unidos: Bill Clinton.
De nuevo, el viejo esquema del compañero de pupitre y a Craig le tocó la lotería con el que tuvo.
Los países donantes, la mayoría de ellos, han cumplido a lo largo de estos años, desembolsando las cantidades de dinero que comprometieron en la cumbre de Nueva York y que ratificaron en la segunda cumbre, la celebrada posteriormente en Punta Cana, (República Dominicana) durante los primeros días de junio el 2010. Los fondos (7.800 millones de dólares) se mantuvieron, por mucho tiempo, en el Banco Mundial o reservados en los bancos centrales de cada país.
Para entender este bloqueo que, durante muchos años, se mantuvo (aún sufre las consecuencia el pueblo haitiano) hay que asumir que el mismo es debido a la desconfianza de los gobiernos de los países donantes tanto en el gobierno haitiano en general como en las cinco familias que tradicionalmente controlan la economía de ese país caribeño.
Estas presuntas familias, de nombre Acrra, Aped, Baker, Berhmaus, Bigio, Boulos, Brandt, Halloum, Hamdar, Kouri, Loukas, Madsen, Mevs, Saba y Shemal, muchas de ellas de origen judío y la mayoría blancos, acaparan la totalidad de la economía haitiana y presuntamente también son los responsables del atraso y del estado de pauperización en el que se encuentra ese país. Los terremotos serán controlados periódicamente por sus poderosos Dioses de oro con signo de Dólar.
Es un nítido ejemplo de lo que he dado en llamar dictadurasprivadas: familias que tienen colonizado a todo un pueblo hundido en el subdesarrollo mas cruento tan solo y exclusivamente por su interés.
Y estas familias son también, presuntamente, responsables del otro gran problema de Haití: la corrupción de los políticos.
Un pueblo en las manos de los de siempre, las familias que tiranizan y someten a los haitianos utilizando su país como si de una plantación del siglo XVIII se tratara.
Por todo esto, Haití sigue años tras años señalado en la miseria, la explotación, las desgracias “divinas” y humanas que siembran desesperación, traición, utilización y muerte. El 14 de agosto de 2021 es una nueva fecha maldita para la historia del pueblo Haitiano.
Las dictaduras privadas habrán comenzado ya, el pasado día 14, a programar los beneficios de la nueva y cíclica gran oportunidad que les puede llegar desde la desgracia vivida recientemente. El terremoto hizo mucho daño. Ahora generará una gran falsa solidaridad mundial que se convertirá en centenas de miles de millones de dólares; una cantidad que jamás llegará al pueblo haitiano con el fin de iniciar la construcción de un país nuevo.
Pasará como en el 2010, cuando, paradójicamente, existió el dinero, llegó a desembolsarse, pero, al parecer, seis años después tan solo sirve para lucir el balance del Banco Mundial y de otras entidades y para aumentar las fortunas de los mercaderes de vida y muerte.
Responsabilidad de los donantes.
Si, de nuevo, la respuesta de EE.UU y Europa fuese la de 2010, en condiciones de poder hacerlo incluso en época de pos-covid, en conciencia se deberán responsabilizar y, al mismo tiempo, asumir la responsabilidad de su destino dándole la misma importancia humana y ética que la entrega de dinero en época de la gran crisis, tanto en la UE como en los EE.UU.
Se trataba de reconstruir o, mejor dicho, como antes, construir un país nuevo pero desde la perspectiva de la democracia, de los derechos humanos y políticos, de la ética pública, de la formación y la educación, de la independencia y la libertad, en suma.
Los países de occidente, los países donantes vía ONGs, Fundaciones y fondos de Cooperación deben asumir su responsabilidad ante Haití y ante su propio pueblo. En el caso de España, donde “Hacienda es de todos”…, de forma completa e integral, y no limitarse a enviar dinero que jamás se llega a saber -no interesa-.., a manos de quien llega.
¿Servirá de algo lo ocurrido presuntamente y publicado en años pasados? El caso Aristegui, Gómez de la Serna con su asesor murciano Pujarte, también asesor de altos ejecutivos/as en toma de decisiones en concursos públicos del Banco de España y la CNMV. En definitiva, buen guion y mejor caso para investigar y auditar muchas delegaciones diplomáticas y empresas españolas que en esta crisis siguen enriqueciéndose de fondos del estado y de la ayuda de sus benefactores en acuerdos acuñados en lugares “reales”, despachos de Presidentes de Bancos o Estadios de Futbol.
No olvidemos al capitalismo medieval que decide el destino de Haití
Fritz Mevs es el patrón de la familia. Reside en Miami y se hizo muy rico gracias a Francois Duvalier, “Papá Doc”, el cruel dictador haitiano que puso en sus manos el control del azúcar. Un informe de la Comisión Nacional del Trabajo, integrada por 23 organizaciones sindicales, llego a señalar a Mevs como el instigador del golpe que derrocó a Jean Bertrand Aristide, presidente electo.
Controlan la mayor parte los programas de inversiones norteamericanas que tenía previsto utilizar fondos de George Soros. Buen lugar, junto a sus Bancos custodios, para recolectar donativos de pueblos en crisis, incluido el español.
En consecuencia, la UE, y España en concreto, deben asumir que su papel de cooperante incluya el convertirse en donantes de libertad, de derechos humanos, de libertad con dignidad, de conciencia social colectiva y, por supuesto, de democracia.
Y así, con la fuerza material ética y solidaria del dinero y la fuerza moral de la libertad, se podría afrontar la nueva construcción integral de Haití desde una conciencia social colectiva, al igual que el de otros muchos lugares de este mundo deshumanizado de chándal blanco.