El conflicto diplomático entre Israel y España ha alcanzado un nuevo punto álgido, con el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, amenazando con cerrar el Consulado General de España en Jerusalén si el Gobierno español no acata la prohibición de mantener contactos con los palestinos. Esta medida llega tras el reconocimiento del Estado palestino por parte de España, un acto que ha exacerbado las tensiones entre ambos países.
El comunicado de Israel y la respuesta de España
En un comunicado emitido recientemente, Katz ha sido tajante: "Aplicaremos estrictamente las instrucciones y, en caso de violaciones, se tomarán más medidas hasta el punto de cerrar el Consulado en Jerusalén". Esta amenaza se produce después de que España solicitara formalmente la reversión de la prohibición impuesta por Israel, argumentando que estas restricciones vulneran la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares.
El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha subrayado que las acciones unilaterales del Gobierno de Benjamin Netanyahu son inaceptables y contravienen el derecho internacional. Albares ha destacado que España podría imponer restricciones similares a la actividad consular de Israel en España, señalando que las relaciones diplomáticas se basan en la reciprocidad.
Venganza diplomática de Netanyahu
El pasado lunes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel comunicó a la Embajada española en Tel Aviv que, a partir del 1 de junio, el consulado español en Jerusalén solo podría prestar servicios a los residentes en el distrito consular de Jerusalén, excluyendo a los residentes en los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza, salvo en el caso de ciudadanos españoles.
Esta medida es vista por muchos como un intento de Israel de limitar el reconocimiento y apoyo internacional hacia los palestinos. El consulado español en Jerusalén Este ha desempeñado históricamente un papel crucial en las relaciones con el pueblo palestino, actuando como una embajada oficiosa ante la Autoridad Nacional Palestina. Este rol ha adquirido una dimensión oficial tras el reconocimiento del Estado palestino por parte de España.
Protesta formal de España
En respuesta a las restricciones impuestas, España ha presentado una protesta formal. Según un estudio de la Asesoría Jurídica Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores español, las medidas adoptadas por Israel vulneran las convenciones de Viena de 1961 y 1964, que garantizan los privilegios e inmunidades del personal diplomático y consular. Albares ha insistido en que "ese estatuto no se puede cambiar unilateralmente por parte de Israel" y ha pedido la reversión de la decisión.
La situación se ha agravado aún más con las declaraciones de Israel Katz, quien ha acusado al presidente español, Pedro Sánchez, de "cómplice de incitación al asesinato del pueblo judío" y de "crímenes de guerra" por reconocer al Estado palestino y no destituir a la vicepresidenta Yolanda Díaz, quien llamó a "liberar Palestina desde el río hasta el mar", un lema que Israel interpreta como una negación de su derecho a existir. Estas acusaciones han sido recibidas con indignación en España y han llevado a una respuesta firme pero mesurada por parte del Gobierno español.
Reacciones Internacionales
El conflicto no solo afecta a las relaciones bilaterales entre Israel y España, sino que también involucra a otros países que han reconocido al Estado palestino, como Noruega e Irlanda. Estos países también han sido objeto de críticas por parte de Israel, lo que subraya la complejidad y el alcance de la situación.
El Consulado General de España en Jerusalén no es solo una oficina consular más; tiene un estatuto histórico basado en su ejercicio durante siglos. La intervención de Israel en este contexto es vista como un desafío directo no solo a España sino al derecho internacional que protege estas instituciones.
A medida que se acerca la fecha límite impuesta por Israel, la comunidad internacional observa con atención los desarrollos. La respuesta de España será crucial para determinar el futuro de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Mientras tanto, la amenaza de cerrar el consulado en Jerusalén sigue siendo una carta poderosa en manos del gobierno israelí.
Escalada diplomática
La escalada diplomática entre Israel y España por el cierre del consulado en Jerusalén y la prohibición de contactos con palestinos refleja profundas tensiones en la política internacional. Estas acciones tienen implicaciones significativas no solo para los dos países involucrados sino para la comunidad internacional en su conjunto. El desenlace de esta situación podría sentar un precedente en la gestión de relaciones diplomáticas y en el respeto a los acuerdos internacionales.
En este contexto, la firmeza y la diplomacia serán clave para resolver una crisis que no solo afecta a las relaciones bilaterales sino también a la estabilidad y la paz en una región ya de por sí conflictiva.