La extrema derecha acaba con el sueño de la democracia real también en los países nórdicos

25 de Junio de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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La ola reaccionaria asola el sur de Europa con la Italia de Meloni, y también al norte, con los ultras que acaban de entrar en el Gobierno de Finlandia. De los 18 ministros del nuevo ejecutivo de coalición, siete pertenecen a un partido hermano de Vox. La extrema derecha se queda los ministerios de Hacienda, Economía, Justicia, Interior, Asuntos Sociales y Salud, Transportes y Comercio Exterior.

Los que menos tienen tendrán menos

La prioridad del Gobierno es reducir la deuda y ya han explicado cómo lo harán: recortes en servicios sociales y en subsidios y aumento de los impuestos de los medicamentos y la cultura.

Y los ultras priorizan también la lucha contra la inmigración: "Adoptaremos condiciones más duras para venir a Finlandia, permanecer en Finlandia y estar en Finlandia".Esas son palabras de la nueva ministra de Interior nada más jurar su cargo.

Tras la Segunda Guerra Mundial los países de la región escandinava llegaron a un nivel de prosperidad tal que fueron considerados el paradigma de la democracia y el Estado de bienestar. Las economías nórdicas se encuentran entre las más fuertes de Europa. Suecia, Dinamarca, Noruega, Islandia y Finlandia mantienen sistemas de bienestar considerados generosos, y las políticas económicas y sociales de los países se conocen como el "modelo nórdico". Presentan el nivel más alto de protección social y su característica principal es la provisión universal basada en el principio de ciudadanía, es decir, que existe un acceso más generalizado, con menos condiciones, a las prestaciones sociales.

Conquistas sociales en peligro

En lo que se refiere al mercado de trabajo, estos países se caracterizan por importantes gastos (relativos) en políticas activas con el objetivo de la reinserción rápida en el mercado de trabajo de los desempleados. Se caracterizan también por un elevado número de empleos públicos. Los sindicatos tienen una elevada afiliación y un importante poder de decisión lo que provoca una baja dispersión de los salarios (una distribución más equitativa de la renta).

El modelo nórdico se caracteriza por una elevada cuña fiscal. Los países nórdicos son estados pequeños, relativamente homogéneos en términos de etnicidad y religión, de larga tradición democrática, de respeto por los derechos humanos y de estado de derecho. Siempre estuvo a la vanguardia en avances sociales, laborales y económicos. Entre 1870 y 1918 tuvo lugar la abolición del trabajo de menores, pensiones para personas adultas pobres, seguros de riesgos profesionales, fondos para seguro de enfermedad.

Entre 1919 y 1950 se produjo una importante extensión de los derechos sociales, el movimiento obrero tuvo un papel fundamental consiguiendo la extensión de relaciones laborales autónomas, por medio de acuerdos entre patrones y sindicatos, una tasa alta de organización de todos los asalariados, incluyendo mujeres. Una colaboración efectiva entre los líderes de clases sociales y el nuevo grupo de «ingenieros sociales» que se unieron a los partidos socialdemócratas. El universalismo es una de las principales características del modelo nórdico, junto con la financiación por impuestos, la provisión pública de transferencias y servicios, énfasis en los servicios sociales personales, provisiones de alta calidad y tasas de compensaciones altas e igualitarias.

Todo eso, todas esas conquistas, peligran con los ultras en el poder. Una epidemia de duro reaccionarismo recorre Europa.

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