La mafia contra la justicia

19 de Febrero de 2021
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colombia


Las recientes posturas del gobierno colombiano para desobedecer decisiones judiciales hace parte de una larga lista de contravenciones que son propias de su agrupación  política, y por decirlo así, le caracterizan.

La inquina del uribismo contra las instituciones de justicia radica en que en su seno se encuentran dos grupos muy representativos, de un lado los familiares de personas dedicadas o condenadas por narcotráfico y de otro, los familiares de personas dedicadas o condenadas por corrupción.

De allí en adelante se encuentran personas vinculadas a todo tipo de delitos como robo de tierras, desplazamiento forzado, paramilitarismo, asesinato, en fin, una larga lista.

No por nada el uribismo es el movimiento político con más miembros presos por corrupción y con mayores vinculaciones con organizaciones criminales de todo tipo, incluyendo narcotráfico y paramilitarismo principalmente.

El esquema de ataque:

El hecho de que algunos seguidores del uribismo sean proclives a infringir la ley, pareciera ser la razón por la cual la justicia es uno de los sectores de la sociedad colombiana más atacados por este movimiento.

Si comparamos con las 12 estrategias del narcofascismo, este movimiento aplica casi todas contra el sistema de justicia colombiano.

Espiar:

Los espionajes ilegales contra el sector judicial y puntualmente contra la Corte Suprema de Justicia han sido el sello característico del Uribismo.

Si bien, ya hay indicios de esta práctica de Uribe desde que era gobernador de Antioquia a través del Gaula militar (Servicio de inteligencia militar en Colombia), los presos por este delito cercanos a su movimiento comenzaron durante su primer mandato presidencial y la razón no fe otra que indagar por la investigación que adelantaba la Corte Suprema contra Mario Uribe, primo del expresidente y en ese momento Presidente del Congreso, por conformación de grupos paramilitares. El señalado fue hallado culpable y paga condena por dicho delito.

Con las mencionadas interceptaciones ilegales también se ha procurado presionar a los jueces con información privada que pueda afectarlos y sobre lo cual también se busca alterar sus decisiones. Muestra de ello, están los seguimientos por parte de Mario Aranguren puesto en el cargo de la Unidad de Delitos Financieros de la DIAN para tal efecto. (Aranguren también fue hallado culpable por dicho delito y pagó cárcel por ello)

Calumniar y Mentir en su más amplio espectro:

Si hay algún sector al cual la maquinaria de mentir del uribismo haya atacado con todas sus fuerzas y artilugios, es la justicia.

Y no solo desde la construcción de noticias falsas y la articulación de aparentes sitios de informativos desde donde las distribuyen, también falsas acusaciones, descaradas negaciones y claro, la herramienta más usada por este movimiento, la calumnia.

Sin dejar de lado periodistas que han sido señalados en juicios por quienes han sido encontrados culpables, de participar en montajes para atacar la estructura judicial del país.

Campañas de desprestigio:

Parte de la información falsa divulgada por los seguidores del uribismo no solo busca distraer o desdibujar la relación de sus miembros con actividades criminales, de hecho esa es la menor parte.

Lo que se ve con contundencia son campañas coordinadas de desprestigio a partir de información falsa contra jueces, magistrados y las mismas instituciones judiciales, con un solo fin, desautorizarlas para juzgarlos.

Intimidaciones y amenazas:

Quizás heredado del Cartel de Medellín, algunos seguidores del uribismo optan por desarrollar estrategias intimidatorias e incluso serias amenazas de muerte contra miembros del sistema de justicia colombiano.

Las intimidaciones contra jueces, testigos, abogados y magistrados por parte de  los seguidores del uribismo no ha guardado ningún recato, van de frente contra la justicia o cualquier procedimiento que pretenda ajustarlos a la ley.

Asesinatos

Algunas veces las amenazas van más allá y se convierten en asesinatos, con un referente histórico muy grave.

Tal cual como Pablo Escobar Gaviria mandó asesinar al ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla previo haberle hecho un montaje fallido para desacreditarlo, de la misma forma está funcionando el mecanismo que utilizan algunos seguidores del uribismo, con datos muy curiosos.

Como que el senador uribista José Obdulio Gaviria es primo de Pablo Escobar y sus hermanos han estado envueltos en actividades de narcotráfico, o como que Santiago Uribe Vélez, hermano de Álvaro, asistió a la fiesta que ofreció el Cartel de Medellín para celebrar el asesinato de Lara Bonilla, a quien denominaron “buen muerto”.

No podemos olvidar tampoco, que la vida política de Uribe Vélez comenzó con el lanzamiento público que le hiciera el Clan Ochoa, una de las familias del Cartel de Medellín y que tanto su padre, su hermano mayor, cuñada y sobrina se vincularon a la misma actividad, estos últimos con los carteles mexicanos.

Una vez se asesina un Ministro de Justicia, no se puede esperar ningún pudor a la hora de asesinar testigos, jueces o abogados, y ese es el camino de sangre que pareciera dejar el uribismo para evadir la justicia.

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