Los conservadores británicos engañaron al pueblo cuando dijeron que el país iría mejor fuera de Europa. Hoy los señores del Brexit lo pagan en las encuestas a las puertas de unas elecciones que prometen ser históricas. Los sondeos en Reino Unido siguen sonriendo al Partido Laborista, que según los últimos avances podría llegar a cosechar un resultado histórico en las próximas elecciones generales con hasta 425 escaños en la Cámara de los Lores; mientras que el Partido Conservador mantiene su tendencia a la baja y podría lograr el peor resultado en más de cien años. Tal es la magnitud del descalabro que el primer ministro, Rishi Sunak, podría quedarse sin escaño. Nunca se había visto algo así.
¿Qué demuestran estas encuestas? El hartazo de los ingleses con las políticas ultraconservadoras que, obviamente, desdeñan lo público y el Estado de bienestar para entregar el país a las élites, a las grandes multinacionales, a los poderes fácticos. Siempre, a lo largo de la historia, fue así. Pero últimamente, las clases sociales más humildes parecen haber perdido la memoria y buscan soluciones fáciles a los problemas de las democracias liberales refugiándose en partidos populistas, de extrema derecha, nazis o friquis, como ese Se acabó la fiesta que en España ha obtenido tres escaños en las pasadas elecciones europeas.
Los británicos están arrepentidos del Brexit. Se dejaron llevar por los cantos de sirena, el viejo truco de la demagogia que siempre da resultado y al que siguen jugando otros como Abascal en España, Milei en Argentina, Meloni en Italia o Le Pen en Francia. Por la senda del odio, la furia y la mano dura no se llega a ninguna parte. Eso, que fuera de Europa hace mucho frío, lo están empezando a constatar en sus propias carnes los ingleses, que por si no tuvieron suficiente con las políticas venenosas y destructivas de Margaret Thatcher en los años ochenta volvieron a caer en el mismo error. El Brexit costó una recesión al Reino Unido y solo hoy, cuatro años después, la nación empieza a recuperarse. En los primeros tres meses de este año, el Producto Interno Bruto (PIB) británico avanzó un 0,6% en una economía animada por el buen rendimiento de los servicios, la construcción y el transporte. Pero hasta llegar ahí los británicos han tenido que soportar mucha sangre, sudor y lágrimas, como diría Winston Churchill. El comercio internacional se hundió y no se recuperó tan rápidamente después de la pandemia como en otras naciones de la zona euro; la inversión productiva se frenó, la inflación se disparó; y el mercado laboral se contrajo (tres años después del Brexit había 330.000 trabajadores menos en el país, lo que perjudicó el rendimiento y la producción). En 2023, Reino Unido era la única gran economía desarrollada que seguía siendo más pobre que antes de la pandemia y el Brexit sin duda contribuyó a ese estancamiento.
Todos esos desmanes provocados por una pandilla de nacionalistas patrioteros se pagarán caro en las próximas elecciones. De acuerdo con el último sondeo de YouGov, los laboristas, comandados por Keir Starmer, podrían incluso doblar los resultados obtenidos en las elecciones de 2019. El primer ministro Rishi Sunak, sin embargo, cosecharía una dura derrota con apenas algo más de un centenar de escaños.
Así las cosas, en caso de confirmarse estos resultados, el Partido Laborista contaría con la segunda mayoría absoluta más holgada desde la Segunda Guerra Mundial. Los 'tories', por su parte, podrían ver como más de la mitad de los miembros del actual gabinete de Sunak no revalidan su asiento en la Cámara.
Por otro lado, los Demócratas Liberales conseguirían 67 escaños, seis veces más que los obtenidos en las elecciones de 2019 y alcanzando así una cifra récord para la formación. El Partido Nacional de Escocia (SNP), lograría 20 asientos, menos de la mitad de los que suma en la actualidad.
Aunque algunas encuestas conceden al partido Reforma, liderado por el populista Nigel Farage, más porcentaje de votos que el Partido Conservador, este sondeo les otorga apenas cinco asientos. El partido nacionalista galés cosecharía cuatro escaños, mientras que los 'verdes' lograrían tal solo dos.