Los primeros sondeos hechos públicos tras el cierre de los centros de votación en Francia son contundentes: gana la extrema derecha de Marine Le Pen y el pueblo francés ha dado la espalda al presidente Emmanuel Macron. Por otro lado, también han confirmado que la unión de las izquierdas se ha convertido en la única esperanza para la democracia francesa.
Según ha publicado Ipsos, Reagrupación Nacional, el partido de Le Pen, habría logrado un 34% de los votos en esta primera vuelta de las elecciones legislativas. Le sigue el Nuevo Frente Popular, con 28,1%. Juntos, de Emmanuel Macron, ha obtenido un 20,3%, es decir, casi un 14% menos que la extrema derecha. Los conservadores tradicionales, apenas han logrado superar el 10%.
En base a estos sondeos, se confirman los resultados de las elecciones europeas, donde los franceses ya apoyaron de manera mayoritaria al partido de Marine Le Pen.
La próxima semana se celebrará la segunda vuelta, donde concurrirán, según el sistema electoral francés, aquellas formaciones que hayan superado el 12,5%, es decir, Reagrupación Nacional, Nuevo Frente Popular y Juntos.
Marine Le Pen ha destacado en su primera intervención, ante un auditorio enfervorizado, que "nada está ganado, y la segunda vuelta será determinante para salvar al país de caer en manos de la extrema izquierda. Necesitamos una mayoría absoluta para que Jordan Bardella sea declarado primer ministro por Emmanuel Macron y poder arrancar nuestro proyecto sin bloqueos del poder legislativo."
Emmanuel Macron, por su parte, ha hecho un llamamiento, a través de un comunicado, para que los franceses hagan una "manifestación claramente democrática y republicana" de cara a la segunda vuelta.
Desde la derecha y el Partido Socialista Francés ya han advertido de que no dudarán en retirar a sus candidatos si la fragmentación abra la puerta a que la extrema derecha gane más escaños.