JPMorgan Chase y Black Rock, los grandes fondos de inversión a nivel mundial, anunciaron a finales de la semana pasada su distanciamiento sobre la participación en la alianza climática de Naciones Unidas, creada para "combatir el calentamiento global" mediante acuerdos de sostenibilidad.
JP Morgan Chase explicó, a través de un comunicado oficial, que abandonaría el grupo inversor denominado "Climate Action 100+". Black Rock, por su parte, junto a State Street, han señalado que las "iniciativas climáticas de la alianza han ido demasiado lejos", motivo por el cual, se han mostrado preocupados y reticentes a la hora de seguir invirtiendo en la alianza.
Black Rock ya ha cerrado su negocio estadounidense de Climate Action 100+, trasladando su participación en la alianza internacional a un reducido grupo de acciones dirigidias a la descarbonización.
State Street ha señalado que la salida de la alianza se debe a que los compromisos que se acordarán en la fase 2 del Climate ACtion 100+ "entraban en conflicto con las políticas de inversión internas de la emrpesa".
Climate Action 100+ se fundó formalmente en diciembre de 2017 en el seno de Naciones Unidas, como una manera de poner de acuerdo a los principales fondos del sector privado a nivel mundial. La iniciativa ha entrado recientemente en la denominada "Fase2", que ofrece más formas de participar a los inversores.
Según apunta la Gaceta.es, el contexto político actual ha cambiado con respecto al de 2017, cuando se fundó la alianza. Nos encontramos ahora con el denominado movimiento anti EGS (Enviromental, Social y Governance, por sus siglas en inglés), que cada vez tiene más fuerza en Estados Unidos y que en Europa, puede ser visible ya en las revueltas de los agricultores.
Es, en definitiva, la protesta cada vez más extendida contra el globalismo impuesto por la conocida "Agenda 2030" que se plantea a través de medidas como el "Pacto Verde", tan denunciado por los agricultores, ganaderos y pescadores.