Desarrollar una conferencia de paz para resolver un conflicto entre dos países sin invitar a uno de ellos puede no ser la solución. Al menos así lo han planteado distintos líderes mundiales desde que se supo que Rusia no estaba invitada a la "conferencia de paz" promovida desde Kiev.
Los líderes de Brasil y Sudáfrica ya han confirmado su ausencia en la reunión que tendrá lugar en Suiza el próximo mes de junio.
Se espera que a la cumbre, que está agendada para los días 15 y 16 de junio en Burgenstock Resort, cerca de Lucerna, aborde la hoja de ruta planteada por Zelensky para poner fin al conflicto con Rusia que está actualmente abierto. Los invitados son más de 160 países, incluidos los miembros del G7, del G20, los BRICS y la UE. Rusia no ha sido invitada.
Desde Sudáfrica acaba de anunciarse esta misma mañana que su presidente, Cyril Ramaphosa no acudirá y ha alegado que su agenda no se lo permitirá, debido a los "procesos constitucionales" que están en curso en estos momentos en su país.
El brasileño Lula da Silva tampoco asistirá, y él ha sido claro en una entrevista concedida a CNN: la razón de su ausencia es, precisamente, que no se haya invitado a Rusia.
Un planteamiento que ya ha expresado China, que posiblemente tampoco acuda, aunque está por ver su decisión final.