Morena a tan solo unos días de instalado el Congreso es una fuerza política gobernante objeto de las más feroces críticas, la mayoría válidas, sin embargo, hay fuertes intereses encubiertos promoviendo esa crítica.La oligarquía y el pensamiento priista son los verdaderos opositores de la IV transformación, han decidido combatir al nuevo régimen desde todos los frentes incluido su interior, echan mano de la legendaria práctica del Caballo de Troya.Cómo imaginar que la opinión pública cuestiona la aprobación de la licencia de Manuel Velasco como senador para terminar su encargo como gobernador de Chiapas y poco o nada se dijo cuando el Tribunal Electoral aprobó su postulación.¿Acaso ya se olvidó que es el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera quien sentó el precedente de la inconstitucional postulación de un gobernador al Congreso?Es el Tribunal Electoral al igual que el Instituto Electoral y prácticamente todos los órganos autónomos una bolsa de cuotas del viejo régimen, debe reconocerse que Manuel Velasco no debía ser senador y que el caso Mancera le abrió la puerta.Los acuerdos del Pacto por México dejaron sus creaturas -órganos autónomos- y han sido las encargadas de obstruir el cambio, pretenden preservar la composición política a cambio de adherirse al nuevo régimen.La inclusión de diputados del Verde a Morena ha tenido alto costo, es a todas luces una contradicción, pero también es claro que hay molestia por parte de la Oligarquía por quedarse sin chicote para frenar la IV transformación.La oposición no está en el congreso, el verdadero contrapeso es el poder económico, ese poder que se niega a renunciar a la lógica de los negocios a costillas de la gente.He ahí la razón por la que domina en los medios de comunicación el cuestionamiento a Morena, mientras que de iniciativas como la presentada por el Senador Martí Batres en defensa del agua poco o nada se dice.Este tipo de iniciativas reivindican lo público y hacen justiciables los derechos humanos, pasan inadvertidas porque éstas son las que tocan a los grandes intereses, los más perversos.Refresqueras y demás firmas poderosas tienen puesta su ambición en el acaparamiento de la venta de agua embotellada, de ese tamaño son los intereses que amenaza la IV transformación, que en esencia trata de recuperar la riqueza nacional y distribuirla con justicia.El incremento al salario mínimo al doble que sostiene Luisa Alcalde como secretaria del trabajo es otra iniciativa que molesta a los grandes intereses, estos quieren que la subcontratación y el sueldo de miseria sean los derechos del trabajador.Las propuestas en favor del pueblo tienen consecuencias y entre ellas estará el linchamiento mediático para hacer que el gobierno renuncie a la IV transformación, para que Morena se conforme con el ascenso al poder y haga como que hace, para terminar por no hacer nada.Esa es la estrategia de los poderosos que han concentrado una descomunal riqueza gracias al régimen de excepciones que grava sólo a los pobres y al pueblo trabajador.La crítica y las contradicciones son promovidas por esa poderosa minoría que se asume amenazada por la posibilidad de que el gobierno cumpla la madre de todas las propuestas: acabar con la corrupción.Morena debe pensar dos veces antes de echar mano de las alianzas interesadas, porque esos aliados terminan por reafirmar sus verdaderos intereses y le apuestan a congraciarse con el poder al convertirse en contracción interna.Es evidente que quieren reventar al Movimiento desde su interior para que sea la contradicción, el conflicto interno seguido de la ruptura el que impida la IV transformación de México.
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