Miles de griegos celebraron el primer aniversario de la declaración del partido de extrema derecha Amanecer Dorado como organización criminal. Un grupo de extrema derecha quiso aguar la fiesta antifascista irrumpiendo en la manifestación de sindicatos y estudiantes, en Kallithea.
Los fascistas portaban cuchillos intentando atemorizar a los manifestantes, pero fueron inmediatamente apartados por los participantes al grito de “la guerra contra el fascismo continúa”.
Fascistas fuera de las escuelas
La Asociación de Mujeres de Kallithea hizo un llamamiento a la manifestación antifascista en la Plaza de Chipre el jueves por la tarde, denunciando los ataques criminales de Chrysaugit, grupos nacionalistas y nazis contra padres, alumnos y estudiantes en EPAL Stavroupos.
Con el lema central “Los fascistas están fuera de las escuelas y lejos de nuestros niños”, advirtieron que “no pasarán”. La Asociación de Mujeres de Kallithea también avisó que “¡no tolera ningún brote que incuba el huevo de serpiente! ¡Bloqueen a los fascistas en todos los vecindarios! ¡No deberían encontrar un lugar para pararse en ninguna parte!”.
Enseñar a nuestros niños la solidaridad y la acción colectiva
“Tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros niños la solidaridad, la acción colectiva. Debemos aprender a luchar por sus derechos, sin miedo, por una vida sin explotación y sin opresión. Nuestra lucha es el escudo para proteger a nuestros niños”, afirmaron en el comunicado leído al final de la concentración.
Organización criminal
La justicia griega declaró hace un año al partido ‘ultra’ Amanecer Dorado como “una organización criminal” y condenó a su líder, Nikos Michaloliakos, culpable de asesinato.
Este fue uno de los procesos judiciales más importantes de Grecia de las últimas décadas: sentó en el banquillo a los dirigentes y decenas de miembros del partido neonazi Amanecer Dorado, acusados del asesinato de Pavlos Fyssas, músico y activista de izquierda.
La víctima fue asesinada de una apuñalada, la noche del 18 de septiembre de 2013, a los 34 años, frente a un café en su barrio de Keratsini, un suburbio del oeste de Atenas.