Marruecos desafía nuevamente a España sin respuesta contundente por parte del Gobierno

12 de Noviembre de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Felipe VI Mohamed VI

Pedro Sánchez tiene hoy una oportunidad para frenarle en seco los pies a Marruecos ante los múltiples desafíos y amenazas lanzadas por la dictadura de Mohamed VI que no son respondidas con represalias o sanciones por parte de España. En concreto, el presidente del Gobierno coincidirá hoy en París con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, con motivo de la conferencia internacional sobre Libia.

Sin embargo, Sánchez, como todos los presidentes españoles, seguirá sometido a la voluntad de Marruecos, incluso después del último desafío del reino alauí en las Chafarinas o las amenazas de Mohamed VI sobre el Sáhara Occidental, territorio cuya administración es española según el derecho internacional, por más que el ministro de Exteriores sea tan inculto como para afirmar, como afirmó, que la soberanía del Sáhara era de Marruecos. Si este es el nivel…

El desafío en Chafarinas

Los buques de la Armada Española que vigilan los espacios marítimos de soberanía española avisaron desde hace meses de los pasos de Marruecos para la instalación de una piscifactoría cerca de las islas Chafarinas, según ha informado Europa Press citando fuentes de las Fuerzas Armadas.

La Armada tiene asignada entre sus funciones la operación de vigilancia de las aguas españolas. En el marco de esta actuación, se informó de que hacía meses que la Armada tiene de la autorización dada por Marruecos para criar peces junto a las islas Chafarinas, situadas a 3 kilómetros de Marruecos y a 27 de Melilla, de soberanía española.

Este nuevo desafío de Marruecos, sin respuesta de España, se produce en medio de la crisis por la acogida del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en España y la negativa del Gobierno a reconocer como marroquí el Sáhara aún sigue abierta. Si España reconociera la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental estaría infringiendo el derecho internacional y las resoluciones de Naciones Unidas. Tal vez, el régimen dictatorial del sátrapa Mohamed VI piensa que todos tienen que actuar al margen de la ley, como hace su país.

A pesar de los desafíos y las amenazas, que cualquier país democrático que se dignificara de ello habría respondido de inmediato, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha hablado recientemente de señales positivas que llegan desde Rabat, donde Mohamed VI expresó en agosto su deseo de inaugurar una nueva etapa en las relaciones basadas en «la confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos».

Sin embargo, la dinastía alauí actúa como siempre lo hace: buenas palabras, pocos hechos y con el puñal preparado para clavarlo por la espalda, como hacen los cobardes, y aún no se ha producido el regreso de la embajadora marroquí a Madrid, después de que fuera llamada a consultas el 18 de mayo en plena entrada masiva de migrantes a Ceuta facilitada por las fuerzas de seguridad marroquíes, ni tampoco hay fecha aún para la postergada cumbre bilateral, que tenía que haberse celebrado en diciembre pasado y se aplazó por la pandemia.

Esta cumbre, si no se celebra jamás, será algo positivo para España que le dará la oportunidad de hacer lo que tiene que hacer: Felipe VI dirigiéndose a la nación, acompañado de Pedro Sánchez, para anunciar la convocatoria de un referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental. No en vano, insistimos, el territorio está administrado legalmente por España.

Amenazas sin respuesta española

Mohamed VI volvió a lanzar un duro mensaje el pasado fin de semana con motivo del aniversario de la Marcha Verde. El dictador marroquí advirtió «a quienes mantienen posiciones vagas o ambivalentes» de que Marruecos «no se comprometerá con ellos en ningún planteamiento económico o comercial que excluya al Sáhara».

Con ello, se refirió a las sentencias de septiembre del Tribunal General de la UE que anularon el acuerdo pesquero entre la UE y Marruecos por incluir el Sáhara Occidental y las ventajas arancelarias que el bloque concede a la importación de los productos agrícolas y pesqueros de la antigua colonia española.

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