Se espera que otro millón y medio de niños y niñas en Sudán caigan en niveles críticos de hambre para septiembre, ya que persisten el conflicto violento, los desplazamientos y los precios de los alimentos siguen por las nubes y se prevé una cosecha estacional probablemente pobre.
En junio, casi 8 millones -uno de cada tres niños- en el país sufrían niveles críticos de escasez de alimentos, o CIF Fase 3 y superior. Entre julio y septiembre, se espera que esta cifra aumente a 9,5 millones, o un promedio de 17.000 niños más por día.
Miles de niños morirán de hambre
“Es imposible exagerar la gravedad de la situación en Sudán. Esta es una crisis desesperada y terrible para la infancia. Estamos hablando de millones de personas que son expulsadas de sus hogares, dejan todo atrás y comen una comida miserable al día. Debería haber un final urgente del conflicto y la comunidad internacional debe dar un paso al frente por los niños y niñas de Sudán”, subraya Arif Noor, director de Save the Children en el país.
Escasez de alimentos y subida de precios
El número de personas que padecen hambre en Sudán se ha duplicado durante el año pasado, con más de 20,3 millones o más del 42% de los 46 millones de habitantes del país enfrentando niveles críticos de inseguridad alimentaria. Este número es el más alto de personas que pasan hambre en Sudán desde que la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria comenzó a enumerar datos de hambre para el país en 2012, y posiblemente de un período más largo antes.
Las regiones con los niveles más altos de conflicto activo muestran la mayor presencia de escasez de alimentos, con las poblaciones más afectadas en Darfur oeste (donde el 62% de la población sufre una gran inseguridad alimentaria), Jartum y Kordofán del Sur.
No se puede sembrar
La temporada de siembra de Sudán, que normalmente comienza en mayo, se ha visto alterada por completo, con miles de agricultores obligados a abandonar sus tierras y dejar el suelo en barbecho. El precio del sorgo, el mijo y el trigo también es sustancialmente más alto de lo normal. El sorgo es el alimento básico para la mayoría de los hogares pobres en las regiones central y oriental de Sudán, el mijo es el alimento básico en Darfur y el trigo es el alimento básico para los estados del norte.
El saqueo generalizado de mercados, tiendas, bancos, casas y edificios públicos ha provocado una mayor escasez de suministros esenciales, lo que ha agravado aún más la frágil inseguridad alimentaria y la malnutrición.
“La gente está luchando por mantenerse a salvo y no ser asesinado en la violencia, al mismo tiempo que lucha por obtener suficiente comida para comer. En las zonas de conflicto, si vas a un mercado, corres el riesgo de que te roben, te bombardeen, te asesinen o te atrapen. Si llega a ese mercado, lo más probable es que los estantes estén vacíos", alerta Noor.
Save the Children ha trabajado en Sudán desde 1983 para brindar ayuda humanitaria a las personas afectadas por la sequía en el oeste de Sudán. Desde entonces, hemos estado apoyando a niños y familias afectadas por el conflicto, el desplazamiento, la pobreza extrema, el hambre y la falta de servicios básicos. Muchos de los niños, niñas y las familias a los que servimos se encuentran entre los más vulnerables y difíciles de alcanzar.
Sudán altos niveles de inseguridad alimentaria aguda
En la última Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria para Sudán, más de 16,9 millones de personas experimentaban altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 de la CIF o superior) en junio de 2023. Se estima que este número aumentará a 20,3 millones de personas entre julio y septiembre 2023.
Alrededor del 47%, o 23 millones, de la población de Sudán son niños y niñas. La proporción de la infancia en estas cifras se estima en 7,9 millones (junio) y 9,5 millones (julio-septiembre) respectivamente.