La reina Isabel II de Inglaterra ha muerto a los 96 años, lo que pone fin a un reinado más de 70 años y supondrá el ascenso al trono de su primogénito, el príncipe Carlos, de 73 años de edad, según ha informado el Palacio de Buckingham.
El fallecimiento de la reina de Inglaterra ha sido anunciado con un breve comunicado en el que se indica que «falleció pacíficamente en Balmoral esta tarde. El Rey y la Reina Consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán mañana a Londres».
Este mismo comunicado fue leído de manera solemne por la BBC que interrumpió la emisión de la cobertura especial que la cadena pública británica estaba ofreciendo.
A primera hora de la tarde de hoy otro breve comunicado puso en alerta sobre la grave situación de la salud de Isabel II. «Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de Su Majestad y han recomendado que permanezca bajo supervisión médica».
Esto no hacía más que incrementar la preocupación por el estado de la reina de Inglaterra, sobre todo después de que, a sus 96 años de edad, aplazara una reunión telemática con su Consejo Privado (asesores políticos) después de que los médicos le aconsejasen descansar tras la actividad que tuvo el martes con el relevo de Boris Johnson por Liz Truss. Este cambio de agenda se sumó a la lista cada vez más amplia de anulaciones de actos de Isabel II.
Isabel II alcanzó el trono en febrero de 1952 tras el fallecimiento de su padre, Jorge VI, que había asumido la corona por la abdicación de su hermano. En todo este tiempo, nunca había dado muestras de seguir la estela de otros monarcas europeos y abdicar en favor de su hijo.