El informe sobre la asistencia de Naciones Unidas al pueblo palestino presenta datos reveladores: la inflación, la reducción del espacio fiscal, la disminución de la ayuda exterior, la acumulación de deuda son factores que han mantenido la economía del Territorio Palestino Ocupado por debajo de su nivel anterior a la pandemia de 2019.
Así lo señala el último informe publicado en el día de ayer por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), relativo a su asistencia al pueblo palestino.
Se denuncia como uno de los factores determinantes para la situación de la economía de Gaza la pérdida de tierras y recursos naturales por los asentamientos israelíes, la pobreza endémica, la reducción del espacio fiscal, la disminución de la ayuda exterior y la acumulación de deuda pública y privada.
Impacto de la pandemia
El PIB palestino creció un 4,9% en 2022, pero el PIB real per cápita estaba todavía un 8,6% por debajo de su nivel prepandémico en 2019. En Gaza, señala Naciones Unidas, el PIB real estuvo un 11,7% por debajo del nivel de 2019 y cerca de su nivel más bajo desde 19994.
El desempleo se mantuvo elevado: 24% en todo el territorio palestino ocupado, 13% en Cisjordania y 45% en Gaza, siendo las mujeres y los jóvenes los más afectados. La pobreza aumentó haciendo que el 40% de la población necesitara asistencia humanitaria.
El aumento de los precios mundiales de los alimentos y de la energía, ha hecho que los hogares más pobres hayan sufrido de manera más notable el impacto.
Señala Naciones Unidas que "tres décadas después de los Acuerdos de Oslo, la esperada convergencia entre la economía palestina y la de Israel sigue obstaculizada por las políticas de ocupación. En cambio, las dos economías han divergido: el PIB per cápita palestino actualmente representa sólo el 8% del de Israel".
Dependencia económica forzada
El informe destaca la dependencia forzada de la economía palestina respecto a Israel. Los costes excesivos de producción y transacción y las barreras al comercio con el resto del mundo han provocado un déficit comercial crónico y una dependencia generalizada y desequilibrada de Israel, que representó el 72% del comercio palestino total de 2022.
La ausencia de una moneda nacional, la dependencia del shekel israelí da poco margen para una política monetaria en Gaza, mientras que el fuerte tipo de cambio del shekel está socavando la competitividad de los productos palestinos en los mercados, tanto a nivel interno como externo.
La escasez de empleos está obligando a muchos palestinos a buscar trabajo en Israel, así como en los asentamientos. El 22.5% de los palestinos empleados en Cisjordania trabajan en Israel en el año 2022.
Se apunta también que, en el pasado, la ayuda de los donantes ayudó a suavizar el impacto de la ocupación. Pero, sin embargo, en 2022, el gobierno palestino recibió solamente 250 millones de dólares en apoyo presupuestario y 300 millones de dólares para proyectos de desarrollo. Es una gran caída en comparación con la ayuda recibida, por ejemplo, en 2008, que fue de 2.000 millones de dólares.
Una década de desarrollo reprimido
Señala el informe que, desde junio de 2007, Gaza ha sufrido varias operaciones militares y se encuentra bajo un cierre terrestre, marítimo y aéreo. Los habitantes de Gaza necesitan permisos para entrar y salir de la franja a través de dos puntos fronterizos terrestres controlados por Israel.
Las restricciones al movimiento de personas y de bienes, la destrucción de activos productivos en las constantes operaciones militares, así como la prohibición de la importación de tecnologías e insumos fundamentales han vaciado la economía de Gaza, según señala Naciones Unidas.
Estas restricciones de movilidad también están generando problemas en el ámbito de la salud, así como de otros servicios esenciales. Por eso el 80% de la población de Gaza necesita ayuda humanitaria internacional.
Para consultar el informe puede consultar aquí.