El anuncio de Donald Trump de que Estados Unidos planea echar a dos millones de palestinos de la Franja de Gaza para construir un parque de atracciones (“la Riviera de Oriente Medio”) ha provocado la indignación del pueblo masacrado por Israel. Kayed Hammad, productor y traductor gazatí, expresó ayer ante las cámaras de La Sexta la voluntad de resistencia de los palestinos. “Llevamos aquí décadas, nadie nos ha sacado de nuestro país, ni siquiera tirándonos toneladas de bombas. Nosotros seguiremos aquí, o nos matarán, pero nunca nos echarán de nuestras tierras. Todo lo que no sea una Palestina libre jamás lo aceptaremos. Así de claro”.
Kayed Hammad es un gazatí que ha sobrevivido a los ataques israelíes, que se han cobrado ya más de 60.000 muertos. El 10 de octubre de 2023 comenzaron los bombardeos masivos ordenados por Benjamin Netanyahu. Hammad entró en directo para informar mientras caían las bombas: “Estoy hablando como un padre que tiene una familia de seis personas; estoy encerrado en mi casa”, dijo.
En ese momento, estaba tranquilo. Sin embargo, solo tres días después, los bombardeos se intensificaron y Kayed empezó a preocuparse por los cadáveres. “Están oliendo muy mal”, narró. Entonces los muertos se contaban por decenas, no por cientos o miles, como ocurriría después, y las escuelas de la UNRWA seguían en pie.
Una semana después, la realidad empezó a mostrar su verdadera cara, con “hospitales, colegios y universidades bombardeados”, tal como contó Kayed. Todo saltaba por los aires, y el trauma empezaba a hacer mella en el traductor, al que hasta le costaba hablar: “Antes, un kilo de arroz costaba dos euros y ahora cuesta 40”, lamentó el pasado marzo.
Finalmente, llegó el 24 de mayo, el día que murió su hijo. Desde entonces, toda la noche duerme junta su familia. “Si cae una bomba, que nos mate a todos juntos, para que nadie sufra”. En este año, ha tenido que tomar decisiones y aprender duras lecciones. Además, también se ha llevado profundas decepciones. “Occidente siempre nos calienta la cabeza con la democracia y los derechos humanos. Me da asco”, expresó.
Kayed nunca quiso huir ni abandonar su casa, un edificio de doce plantas que ahora no existe. “En estos nueve meses hemos cambiado de casa quince veces... En una casa nos hemos quedado una semana, otra un día... Hemos llegado a comer cebada, trigo, maíz de animales”, cuenta.
Cuando empezó la guerra eran ocho personas en la familia y, a casi todas, él ha conseguido a mantener con vida: “He aprendido en esta guerra que el mayor arriesgo es no arriesgar”. “Por lo menos hemos tenido la posibilidad de quedarnos seis personas, aunque hemos perdido a dos”, añade. A uno de los miembros de la familia lo perdieron porque no pudo ser atendido de sus heridas por la falta de hospitales, mientras que a su hijo lo mataron en un bombardeo.
Hamás, por su parte, ha dicho que no permitirá que se cumplan los planes anunciados por Trump y calificó su propuesta de “racista”. “El pueblo palestino, que se ha mantenido firme durante 15 meses de guerra frente a la máquina militar más poderosa y el Ejército más criminal, y que frustró el intento de desplazarlo, seguirá apegado a su tierra y no aceptará ese plan sin importar el coste”, aseguró en un comunicado el portavoz de Hamás, Abdul Latif al Qanou.
“La posición racista estadounidense es coherente con la posición de la extrema derecha israelí de desplazar a nuestro pueblo y liquidar su causa”, continuó Qanou, quien hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que rechace las declaraciones de Trump y apoye el derecho a la autodeterminación de los palestinos frente a la ocupación israelí.
China ha manifestado su oposición a la postura del mandatario estadounidense y ha reiterado la necesidad de buscar un camino hacia una “solución de dos Estados” mientras el Kremlin ha preferido mantenerse al margen. “Nos oponemos al desplazamiento forzoso de los residentes de la Franja de Gaza. China espera que todas las partes acepten el alto el fuego y se vuelva a una solución política basada en los dos Estados”, señaló en rueda de prensa el portavoz de Exteriores Lin Jian. Por otro lado, Rusia, con quien Estados Unidos mantiene una tensa relación, se abstuvo de criticar la propuesta del presidente estadounidense, aunque aclaró que la “han escuchado” y que han seguido las declaraciones al respecto de Egipto o Jordania, países que también se oponen a las intenciones del magnate.