El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, sufre en sus carnes lo que es el crecimiento del populismo de corte trumpista de cara a las elecciones de 2024. Por esa razón sabe perfectamente lo que tiene que sufrir el presidente Luis Abinader en República Dominicana con la fotocopia caribeña de Donald Trump: Leonel Fernández.
Como todos los populistas del mundo, sobre todos los de extrema derecha, uno de los puntos sobre los que Leonel asienta su discurso es la seguridad y la lucha contra el narcotráfico. Todo se hace mal y en el caso del trumpista dominicano se rememoran tiempos pasados con recuerdos manipulados. Sin embargo, los hechos son crueles para Leonel porque le desmontan toda la trama con la que pretende ganar las elecciones del mes de mayo.
El líder de Fuerza del Pueblo afirmó recientemente, en referencia al narcotráfico, que «aquí [por República Dominicana] llegaba la droga, salía hacia Puerto Rico, Estados Unidos y países de Europa. Con el tiempo nos hemos convertido en un país receptor, por lo tanto, se ha entrado a un mercado de consumo que ha generado adicción en distintos sectores de la vida nacional».
El mensaje que se pretende transmitir es que durante los gobiernos de Leonel no había droga porque República Dominicana era un país de paso. Eso es falso. En todos los países del mundo, incluso en Corea del Norte, hay drogas y eso ocurre porque es el negocio ilegal más rentable. Por tanto, Leonel miente. Durante sus gobiernos había drogas en RD, se trapicheaba y se traficaba con drogas de igual manera que sucede ahora. La única diferencia es que en la actualidad sí se persigue la corrupción y, durante los gobiernos de Leonel, se incentivaba. Además, la mentira se demuestra con los datos globales. El tráfico de drogas es el negocio que más dinero mueve del mundo, muchísimo más que las grandes multinacionales y que las empresas lícitas.
La estrategia de lucha contra el tráfico de estupefacientes del gobierno de Luis Abinader ha recibido el aval y la felicitación de los Estados Unidos, destino principal de la droga que sigue utilizando las islas del Caribe como uno de los muchos puntos de paso desde los países de origen.
En estas navidades, el gobierno de Luis Abinader ha recibido la felicitación de la Embajada de los Estados Unidos y, en consecuencia, de la Administración Biden.
«¡Más de 23 en 2023! Felicitaciones a la República Dominicana por alcanzar la cifra confirmada de más de 23 toneladas métricas de narcóticos ilícitos incautadas en 2023. Las autoridades dominicanas, principalmente la Dirección Nacional de Control de Drogas, han incautado más de 23 toneladas métricas de narcóticos ilícitos en los últimos tres años consecutivos. Los Estados Unidos se enorgullecen de asociarse con la Rep. Dom. para hacer frente a las organizaciones criminales transnacionales y el narcotráfico», afirmó la embajada de Estados Unidos.
Este aval de que la administración de Luis Abinader está actuando con estrategias correctas es un modo de detener la mala imitación del populismo trumpista que pretende imponer Leonel Fernández, es decir, Estados Unidos ha detenido a Leonel en su estrategia de generar el desconcierto a través de cifras manipuladas.
La realidad es que la política de lucha contra el narcotráfico de Luis Abinader ya ha sido valorada y puesta como ejemplo en múltiples ocasiones. El presidente dominicano presentó recientemente un informe en el que destaca el hecho de que durante los tres primeros años de gobierno de la actual administración se ha incautado más droga que en los 16 años de gobiernos del PLD, es decir, de Leonel y de Danilo Medina. Y así lo reconocen potencias como Estados Unidos.
En concreto, desde agosto de 2020 a 2023 las fuerzas de seguridad de la República Dominicana han incautado 103,6 toneladas de sustancias estupefacientes. De 2004 al primer semestre de 2020 el total decomisado fue de 77,52 toneladas.
Respecto a las operaciones realizadas para incautar toda esa droga, más de 80% fueron responsabilidad directa de los operativos dominicanos, mientras que el resto corresponden a la colaboración con agencias internacionales.
Tanto Estados Unidos como los datos reales destrozan, una vez más, la estrategia de Leonel. Son la demostración de que la estrategia populista de convertir la anécdota en crisis nacionales no es más que la propalación de una realidad que no existe más que en las salas de estrategia de los community manager y de los bots con los que se difunden informaciones manipuladas.