Haití sufre un incremento de la violencia provocado por el crecimiento del control que del país tienen las bandas criminales. No se trata de cuestiones políticas, son hechos que están afectando a la vida y el bienestar de las personas.
El asalto a la prisión civil de Puerto Príncipe, que provocó la fuga de 3.600 presos peligrosos y la ola de violencia que desencadenó demostró que las advertencias que Luis Abinader lleva realizando desde prácticamente el minuto uno de su Presidencia.
Desde agosto de 2020, en plena pandemia, el presidente de la República Dominicana ha dedicado una parte muy importante de su agenda internacional a hacer llamamientos para que el mundo actúe en Haití y devuelva a uno de los países más pobres del planeta a una senda en la que los derechos y libertades sean respetados, un camino que derivará en un incremento de la prosperidad de la ciudadanía.
Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, la comunidad internacional va muy por detrás del análisis y del conocimiento que Luis Abinader tiene de la situación en Haití. Esa pasividad está teniendo consecuencias gravísimas, tal y como demuestran los hechos.
Fueron necesarios tres años para que la ONU reaccionara y, a través del Consejo de Seguridad, asumiera las reclamaciones que Luis Abinader hizo en cualquier foro internacional en el que participó desde agosto de 2020. La última vez en que el presidente dominicano participó en un encuentro global fue el pasado 14 de febrero, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
Abinader, tras la explosión de violencia en Haití del pasado fin de semana, afirmó que su gobierno advirtió a la comunidad internacional de que esta situación estaba próxima a producirse. Sin embargo, «algunos, tanto a nivel internacional como local, nos acusaron de que eran temas políticos, pero la verdad es que la situación se empeoró más rápido de lo que esperábamos», dijo el presidente dominicano.
Es decir, que, una vez más, la comunidad internacional va muy por detrás del análisis de la situación de Abinader, y eso está teniendo consecuencias para el pueblo haitiano.
Sin embargo, a pesar de la falta de respuesta de las potencias mundiales, Abinader no se ha quedado de brazos cruzados. Él tiene información y conocimiento suficiente como para saber que República Dominicana no puede contagiarse de la pasividad global. Tiene que actuar en defensa de los intereses del pueblo dominicano. Mientras otros se centran en teorías conspirativas y fantasías de libro de caballería, el presidente Abinader y su gobierno actúan, sobre todo las fuerzas de seguridad.
Aunque la comunidad internacional no tuviera en cuenta las advertencias de Abinader, el gobierno dominicano sí que actuaba para poder enfrentarse a cualquier situación o consecuencia de la crisis en Puerto Príncipe.
«Nosotros nos habíamos preparado para esta situación con Haití y fíjense que en la República Dominicana, en todos estos años, las bandas no han pasado a territorio dominicano porque ellos saben lo que le puede pasar si cruzan, ellos son conscientes y hoy más que nunca y eso mismo a los otros delincuentes que estaban en la cárcel», afirmó Abinader.
El presidente dominicano, además, dejó claro que «los organismos de seguridad están en alerta por la situación de Haití, estamos tomando todas las medidas para continuar con el nivel de paz y control que tenemos en nuestra frontera. Recuérdense lo que dijimos aquí de que la frontera no será la misma. Desde la crisis de octubre, nuestros consulados no dan una visa en Haití. No hay realmente un paso normal. Se dio hoy el paso a los mercados pero eso está regulado y no pueden pasar ya al país y tenemos un tema de control que en los últimos meses ha resultado bastante efectivo; además recuerden que nadie puede ingresar si no se han tomado sus datos biométricos».