Luis Abinader cumple y coloca a República Dominicana como líder mundial de la recuperación

27 de Enero de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Abinader Turismo

Tal y como publicamos ayer en Diario16, la edición de la Feria Internacional del Turismo 2022 está dedicada a República Dominicana. Por ello, el presidente del país caribeño, Luis Abinader, se encuentra en España y llega al evento nuclear del sector turístico mundial con el aval de unos datos de recuperación que generan riqueza, empleo y, sobre todo, da seguridad a los turistas.

El año 2021 tampoco fue fácil para el sector turístico. La expansión de las constantes variables del COVID-19 provocaron que los diferentes Estados paralizaran la salida de las personas a determinados destinos turísticos entre los que nunca estuvo República Dominicana. Ese es un éxito de Luis Abinader y de las políticas de seguridad sanitaria para los hoteles y la hostelería implementadas por su Ejecutivo.

Los datos de diciembre de 2021 dan fe de ello. El propio Abinader anunció en rueda de prensa que había sido un mes récord en materia de turismo receptivo. Casi 730.000 visitantes no residentes llegaron a República Dominicana, cifra que significó un incremento del 16,67% respecto al diciembre previo a la pandemia.

La Administración Abinader cumplió el objetivo marcado para 2021 de 5 millones de viajeros internacionales, lo que se traduce en una recuperación récord de las cifras previas a la pandemia del 77,5%.

¿Cómo es posible que otros destinos «estrella» estén sufriendo todavía graves consecuencias por el COVID-19 y República Dominicana esté cerca de recuperar las cifras prepandémicas? La respuesta sólo se puede resumir en la responsabilidad gestora de Luis Abinader. La reapertura de las fronteras en el verano de 2020, cuando fue investido presidente, bajo estrictos protocolos permitió anticiparse al resto de la región del Caribe, avanzar de manera sostenida y posicionarse como el «líder mundial de la recuperación». Sin embargo, tal y como admitió el propio Abinader en una rueda de prensa, aún hay «muchos retos pendientes».

Por otro lado, desde un punto de vista puramente económico, Y también destacó el impacto económico de la industria para la recuperación económica en general.

Este incremento de la actividad turística provocó que entraran en República Dominicana 5.616 millones de dólares que, evidentemente, provocaron un incremento del empleo y de las condiciones del pueblo.

Recuperación económica

Llegar al poder, como hizo Abinader, en medio de una pandemia global es complicado como lo es comprometerse a cumplir una serie de promesas electorales en un escenario de crisis económica. Sin embargo, Abinader lo está haciendo y está convirtiendo a República Dominicana en referente no sólo para el área Caribe, sino para el resto de Latinoamérica y, en algunos casos, para las zonas más desarrolladas de Norteamérica y Europa.

En una situación pandémica, de crisis económica mundial, la gestión de Abinader ha provocado el incremento de las remesas llegadas de la diáspora. En concreto, según datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el total de flujos entrantes en este año alcanzó los 10.402.5 millones de dólares, 2,183.2 millones más que el mismo periodo de 2020. Esto supuso un 26.6% de crecimiento interanual, siendo este el mayor nivel alcanzado históricamente, dado que en 2019, el año previo a la pandemia, el volumen de remesas recibidas alcanzó 7.087 millones de dólares. Por tanto, el incremento ha sido de más de 3.000 millones.

Por otro lado, según confirmó Héctor Valdez Albizu, gobernador del BCRD, la economía dominicana ha crecido hasta noviembre de 2021 en un 13,1%, lo que se traduce en la mayor tasa de crecimiento de toda América Latina. En esos datos mucho ha tenido que ver la gestión de Abinader en el sector turístico, puesto que, según las cifras ofrecidas por Valdez Albizu, los sectores que registraron las variaciones interanuales más significativas respecto al año 2020 fueron: hoteles, bares y restaurantes (38.3%); construcción (25.1%); manufactura de zonas francas (21.2%); transporte y almacenamiento (13.0%); comercio (11.8%); manufactura local (11.0%); otras actividades de servicios (5.8%); y energía y agua (5.3%).

Una sociedad moderna respetando los derechos humanos

Luis Abinader está demostrando que, como prometió en la campaña electoral de 2020, se está ejecutando un cambio importante en República Dominicana desde que accediera a la Presidencia del país. El conocimiento político, económico y social del presidente dominicano está focalizando en la modernización absoluta de todas las estructuras, desde la económica hasta la humana, para convertir a República Dominicana en el país referente de Latinoamérica.

Sin embargo, en vez de aplicar políticas de carácter absolutamente neoliberales que desdeñan el respeto de los derechos de las personas en favor del capital, Abinader está consiguiendo la simbiosis entre dos conceptos, el económico y el humano, que el 0,1% del planeta, es decir, el que atesora el 75% de la riqueza mundial, quiere hacer creer que son incompatibles cuando, en realidad, son absolutamente complementarios. No se pueden imponer las estructuras del capital sobre las humanas.

Los datos económicos son espectaculares pero el pueblo dominicano debe tener claro que la gestión de Abinader, por su formación, conocimiento y humanismo, garantiza, además, el respeto absoluto de los derechos humanos a través de elementos que muchos han querido hacer complicados pero que son el «A-B-C» de la política: el diálogo y el arreglo.

¿Se puede crecer económicamente sin vulnerar los derechos de las personas? Abinader está demostrando que sí. ¿Se puede crear empleo sin conculcar las leyes internacionales del trabajo? Abinader está demostrando que sí. ¿Se pueden atraer inversiones sin necesidad de someter al pueblo a condiciones leoninas? Abinader está demostrando que sí.

No es el todo o la nada, no es el negro y el blanco, es, simplemente, la noción absoluta de la conciencia que sabe que hay que cumplir con el pueblo y que, entonces, el pueblo garantizará el resto, desde la seguridad y la paz social, hasta los beneficios para los inversores.

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