Desde el año 2008, el mundo democrático está sufriendo un fenómeno político y social que es consecuencia de la incapacidad de los partidos tradicionales de hacer frente a los desafíos para satisfacer las necesidades reales de los pueblos: el crecimiento de partidos de corte populista tanto de extrema derecha como de extrema izquierda. Esto está poniendo en jaque a muchos países.
Sin embargo, en República Dominicana se está poniendo freno a este fenómeno desde el año 2020 gracias al nuevo estilo de gobernar de Luis Abinader, un sistema basado en poner el Estado al servicio de la ciudadanía y no de los intereses de los más poderosos quienes, por cierto, también obtienen un beneficio importante de ello. Es el reparto de la prosperidad que genera una gestión de gobierno basada en la efectividad, la ética, la transparencia y en el respeto absoluto de los valores democráticos.
Un ejemplo de ello lo encontramos en las importantes reformas implementadas en el sistema portuario, un elemento clave para un país enclavado en una isla y que hasta que llegó Luis Abinader a la Jefatura del Estado parecía que estaba abandonado.
Ha sido el propio presidente quien ha facilitado unas cifras verdaderamente impactantes de los resultados logrados y, sobre todo, de lo que está por venir. Nunca antes se había iniciado en los puertos y muelles dominicanos un proceso tan amplio de transformación porque se va a abrir República Dominicana al mar.
La agenda reformista impacta en el sector turístico, porque mejora las instalaciones para que el número de cruceros que atraque en los puertos dominicanos sea aún mayor. Esto supone una mayor entrada de divisas que, evidentemente, se traduce en puestos de trabajo.
Para final de año está previsto que el número de personas que llegan a República Dominicana en cruceros alcance los 2 millones. Ya han llegado 1,33 millones, que han dejado 132,54 millones de dólares.
Esto es posible, entre otras cosas, por la inauguración y ampliación durante su mandato del Taino Bay en Puerto Plata, y la terminal de cruceros de La Romana. Además, se ha iniciado la construcción del Samana Bayport y la reforma de los muelles de Barahona para, precisamente, la recepción de cruceros.
Sin embargo, la política de puertos de Luis Abinader también impacta de manera positiva en otros aspectos fundamentales para República Dominicana, como son las exportaciones. En el año 2022, el volumen de productos comercializados al exterior alcanzó la cifra de 8.033 millones de dólares. Un 64% de ese volumen fue por vía marítima.
Respecto a las importaciones, cerca de un 90% llegó a través de los puertos dominicanos.
El sector pesquero también se está beneficiando de las políticas portuarias puestas en marcha por Luis Abinader. En concreto, el presidente anunció que se van a inaugurar próximamente nuevos muelles que beneficiarán a más de 15.000 pescadores de Puerto Plata, Luperón, Samaná, Higüey o Boca Chica.
Como se puede comprobar, este es el camino para frenar los populismos: gobernar para el pueblo, porque, finalmente, todos resultan beneficiados y no hay cabida para los vendedores de quimeras que sólo saben regalar los oídos a quienes les quieran escuchar. Los hechos no engañan, las palabras, en muchos casos, sí.