La ministra de Interior del gobierno alemán anunció a comienzos de esta semana la toma de medidas exhaustivas, y de momento temporales, en las fronteras con el fin de poner freno a la inmigración ilegal.
Tras el anuncio de la ministra, se convocó una reunión entre los grupos que forman parte de la actual coalición de gobierno, y también, de la oposición. Se ha querido abordar esta cuestión como un problema de Estado, y en la solución se ha buscado, también, el máximo punto de encuentro entre las diferentes formaciones políticas.
En la reunión no todos apoyaron las medidas anunciadas por el gobierno en la reunión mantenida durante la tarde de ayer. La CDU/CSU se retiró de las conversaciones sobre migración con el gobierno, después de que los ministros se negaran a ceder a sus demandas de rechazar sistemáticamente a los inmigrantes irregulares en la frontera alemana, advirtiendo que eso sería una violación de la ley europea, según ha informado Euractiv
Apuntaron que no son suficientes y que es necesario endurecer los controles y mantener una acción conjunta que pueda llegar a rechazar del país a grupos de personas de manera "más ágil".
Las reacciones no se hicieron esperar: países limítrofes con Alemania como Austria o Polonia han manifestado inmediatamente su malestar ante lo que consideran una política que puede aumentar el problema que ya tienen con la inmigración.
Olaf Sholz responde a las críticas de los socios europeos
El canciller Olaf Sxholz ha contestado a las críticas que han manifestado sus socios europeos, subrayando que su intención está decidida y que seguirá adelante con las medidas anunciadas.
La canciller reafirmó, sin embargo, que las medidas deben ser temporales hasta que entre en vigor la reforma migratoria de la UE, que actualmente están implementando los estados miembros.
Alemania ya ha “terminado prácticamente” de transponer las leyes de la UE. “Pronto llegarán al Bundestag alemán y serán aprobadas este año”, afirmó Scholz.