"Su hija no es deseada en el Parlamento", debate abierto en Dinamarca
23
de Marzo
de
2019
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¿Recuerda usted cuando en enero de 2016 Carlonia Bescansa apareció en el Congreso de los diputados con su bebé recién nacido en brazos?No fueron pocas las líneas que al respecto se escribieron. Según ella, pretendía poner de actualidad el debate al respecto de las dificultades que la conciliación tiene en España. Lo hizo, evidentemente, a golpe de fotografía, pasándole el bebe a sus compañeros de bancada. Lo que pocos comentaron después es que tenía a su "nani" en el pasillo, pendiente de recoger al pequeño cuando hiciera falta. Claro está: denunciar la conciliación queda bien, sobre todo cuando en realidad no tienes problema alguno para conciliar.En aquel momento el debate se dio, sin duda. Sobre todo porque algunos nos preguntábamos hasta qué punto es ético utilizar a tus propios hijos para generar debates públicos. Hasta qué punto esa criatura tenía que estar allí, en el hemiciclo, entre cámaras y pasando de brazo en brazo.Querer poner de manifiesto las dificultades para conciliar quizás no tendría que pasar por el hecho de llevar a un bebé a un lugar de trabajo que no está en absoluto preparado para él. Pero su madre tomó esa decisión y a la vista está que no se ha vuelto a ver ningún bebé por los escaños, y a día de hoy tampoco es que la situación de las madres haya mejorado desde entonces.Bescansa no fue la única. Jacinda Arden, primera ministra de Nueva Zelanda acudió a la Asamblea de Naciones Unidas con su hija recién nacida. En 1980, Sheila Copps llevó a su hijo recién nacido a la Cámara de los Comunes; en 1990, Michelle Dockrill sosteniendo a su bebé mientras votaba.Pero el debate, el mismo debate y en los mismos términos, se ha abierto en Dinamarca. Una diputada, Mette Abildgaard, de 30 años, acudió al parlamento con su bebé. La respuesta que tuvo por parte de Pia Kjaersgaard, primera mujer en presidir la cámara y de 72 años, y miembro y fundadora del Partido Popular Danés fue contundente "Su hija no es deseada en el parlamento". Y a continuación invitaron a la diputada a abandonar la sala junto al bebé.Fueron muchos los diputados que se quejaron por esta expulsión de la sala. Exigieron una disculpa para la diputada expulsada. Una de ellas, Penrille Skipper, miembro de Alianza Rojiverde, dijo que "no puede molestar a nadie (el bebé) mientras no haya gritos ni llantos".
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