Terror bajo tierra: un brutal terremoto sacude Birmania y provoca el colapso de un rascacielos en Tailandia

El seísmo de magnitud 7,7 ha causado el pánico desde Myanmar hasta China. En Bangkok, un edificio en construcción se ha derrumbado atrapando a 43 trabajadores. Se teme que haya muchas víctimas.

28 de Marzo de 2025
Actualizado a las 11:14h
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Más de 40 obreros están desaparecidos, tras el colapso de un edificio de gran altura en construcción en la capital tailandesa de Bangkok, como resultado del terremoto de magnitud 7,7 ocurrido este viernes en Birmania.
Más de 44 obreros están desaparecidos, tras el colapso de un edificio de gran altura en construcción en la capital tailandesa de Bangkok, como resultado del terremoto de magnitud 7,7 ocurrido este viernes en Birmania.

A las 7:20 de la mañana, hora peninsular española, un terremoto de magnitud 7,7 con epicentro en el noroeste de Myanmar ha puesto en jaque a toda la región. Las sacudidas se sintieron con fuerza no solo en Yangón o Mandalay, las principales ciudades birmanas, sino también en Bangkok, la capital tailandesa, y en varias zonas del suroeste de China. El seísmo ha desatado escenas de pánico y ha provocado graves daños materiales. La tragedia más grave, por ahora, se ha producido en Bangkok: un rascacielos de 30 plantas en construcción se ha venido abajo como un castillo de naipes, sepultando a 43 trabajadores.

Maymar
A las 7:20 de la mañana, hora peninsular española, un terremoto de magnitud 7,7 con epicentro en el noroeste de Myanmar ha puesto en jaque a toda la región.

El suelo tembló y el miedo se extendió en segundos.

Un epicentro cercano a Mandalay

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el epicentro del temblor se localizó a unos 17 kilómetros de Mandalay, antigua capital real de Myanmar y una de las urbes más pobladas del país, con más de un millón y medio de habitantes. La profundidad, de solo 10 kilómetros, hizo que las sacudidas se sintieran con especial violencia en superficie.

Las redes sociales se llenaron rápidamente de vídeos grabados por ciudadanos en los que se ven edificios tambaleándose, fachadas agrietadas, calles llenas de escombros y personas corriendo despavoridas. “Todo empezó a temblar de golpe. Salimos corriendo de casa. Vi con mis propios ojos cómo se caía un edificio de cinco pisos”, contaba un vecino de Mandalay a la agencia Reuters.

Caos en Yangón y miedo en las mezquitas

En Yangón, la mayor ciudad del país, el pánico también fue inmediato. Testigos aseguran que cientos de personas abandonaron oficinas, casas y hoteles en plena estampida, muchos descalzos o en albornoz. “La gente gritaba, se empujaban para salir. Parecía una escena de guerra”, relató una turista a medios locales. Las autoridades locales han comenzado tareas de inspección por toda la ciudad en busca de víctimas o estructuras inestables.

Varios edificios religiosos han sufrido daños. En Mandalay, una mezquita ha quedado parcialmente destruida. También se han reportado colapsos de estructuras en pequeñas localidades rurales cercanas al epicentro, aunque aún no hay un recuento oficial de víctimas.

Un derrumbe catastrófico en Bangkok

El terremoto no solo ha afectado a Myanmar. A casi mil kilómetros del epicentro, en Bangkok, se ha vivido una de las escenas más dramáticas del día. Un rascacielos de 30 plantas en construcción, destinado a acoger oficinas gubernamentales, se ha venido abajo por completo. En su interior se encontraban al menos 43 trabajadores que, según la policía tailandesa y los equipos de emergencia, han quedado atrapados entre los escombros.

A las 7:20 de la mañana, hora peninsular española, un terremoto de magnitud 7,7 con epicentro en el noroeste de Myanmar ha puesto en jaque a toda la región.
A las 7:20 de la mañana, hora peninsular española, un terremoto de magnitud 7,7 con epicentro en el noroeste de Myanmar ha puesto en jaque a toda la región.

La capital tailandesa ha declarado el estado de emergencia, y más de una decena de ambulancias, bomberos y unidades del ejército trabajan contrarreloj entre hierros retorcidos y bloques de hormigón. Las labores de rescate continúan bajo condiciones difíciles. “Escuchamos gritos entre los escombros, pero las tareas son complicadas por la inestabilidad del terreno”, declaró un miembro del cuerpo de bomberos.

Tailandia entra en alerta

El terremoto ha desatado una crisis inmediata en todo el país. La primera ministra de Tailandia, Paetongtarn Shinawatra, convocó una reunión de emergencia y ordenó la inspección de infraestructuras críticas, especialmente en las regiones del norte, más cercanas al epicentro. También se han evacuado edificios públicos, escuelas y hospitales.

En Bangkok, los temblores provocaron escenas de verdadero pánico. En redes sociales circulan vídeos donde puede verse cómo el agua de una piscina situada en la azotea de un hotel se desborda y cae por la fachada. Muchos turistas y residentes salieron corriendo a la calle en ropa de cama. En Chiang Mai, ciudad turística del norte, los temblores también se sintieron con fuerza. “Estaba durmiendo. Salí corriendo en pijama lo más lejos que pude”, relató una residente a la agencia AFP.

Réplicas y miedo a nuevos colapsos

Solo 12 minutos después del primer gran seísmo, una réplica de magnitud 6,4 volvió a sacudir la región. Le siguieron dos más, de magnitud 4,6. Las autoridades piden a la población que no regrese aún a sus casas o lugares de trabajo si hay dudas sobre la estabilidad estructural de los edificios. Se teme que más estructuras puedan venirse abajo si continúan las réplicas.

En el suroeste de China, concretamente en la provincia de Yunnan, también se han reportado temblores. La agencia estatal china Xinhua ha confirmado que se han sentido “fuertes sacudidas” en zonas cercanas a la frontera con Myanmar, aunque por el momento no hay noticias de víctimas ni daños materiales significativos en el lado chino.

Una zona muy vulnerable

Myanmar se encuentra en una zona de alta actividad sísmica, en el límite de la placa tectónica euroasiática y la placa india. Los terremotos son relativamente frecuentes, aunque no todos alcanzan la magnitud del ocurrido este viernes. La falta de inversión en infraestructuras resistentes y los años de inestabilidad política hacen que el país esté particularmente expuesto a desastres naturales.

En 2016, un seísmo de magnitud 6,8 causó importantes daños en templos históricos de Bagan, uno de los principales destinos turísticos del país. El de hoy es aún más potente y amenaza con ser mucho más letal.

De momento no hay cifras oficiales de muertos, pero la magnitud del desastre empieza a vislumbrarse. Las autoridades birmanas y tailandesas trabajan a contrarreloj en tareas de rescate e inspección de daños. Se espera que las próximas horas sean cruciales para localizar a posibles supervivientes atrapados bajo los escombros, especialmente en el rascacielos derrumbado de Bangkok.

El mundo asiste con inquietud a una nueva tragedia natural que ha afectado a millones de personas en cuestión de minutos. La combinación de un fuerte seísmo, infraestructuras vulnerables y falta de previsión puede ser devastadora.

Y mientras continúan las réplicas, solo queda esperar que el número de víctimas no se dispare en las próximas horas. La tierra ha temblado, pero el impacto humano aún está por medir.

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