La ética no es algo que vaya de la mano de Donald Trump. Ya se vio durante su primer mandato, cuando utilizó la Casa Blanca como centro de los negocios de sus familiares o las relaciones internacionales con regímenes autocráticos para obtener inversiones para sus empresas y las de su yerno. No hay más que recordar, por ejemplo, de quién provino el rescate del rascacielos que la familia Kushner tiene en Manhattan y que estaba al borde de la quiebra.
Tampoco se puede olvidar cómo Trump desmontó el Departamento de Ética de la Casa Blanca porque le estaban poniendo demasiadas pegas para los negocios que se hacían allí o utilizando la Presidencia como argumento de venta. Recordemos las tarifas que cobraba Trump a la gente por jugar al golf en sus campos si él participaba en esos partidos. Evidentemente, esas personas no eran, en ningún caso, trabajadores medios.
Ahora, en la primera semana de administración, se ha conocido cómo Trump ya está ganando millones de dólares gracias a la Presidencia y a las medidas que pueda adoptar en algunos sectores como, por ejemplo, las criptomonedas, donde ya ha ganado miles de millones en la última semana. Esto, evidentemente, es un choque frontal con los conflictos de interés y la ética debida de un presidente. Pero, ya se sabe, a él le da igual.
My NEW Official Trump Meme is HERE! It’s time to celebrate everything we stand for: WINNING! Join my very special Trump Community. GET YOUR $TRUMP NOW. Go to https://t.co/GX3ZxT5xyq — Have Fun! pic.twitter.com/flIKYyfBrC
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 18, 2025
El mayor beneficiario de las políticas en favor de las criptomonedas son el propio Trump y su familia. El pasado viernes, sólo 72 horas antes de su investidura, el propio presidente anunció el lanzamiento la criptomoneda meme $TRUMP, creada en la plataforma Solana. Su capitalización durante el fin de semana superó los 30.000 millones de dólares. En su lanzamiento, según los datos de CoinGecko, tenía un valor de 6,54 dólares, mientras que en el momento de escribir este análisis estaba en 42,47 dólares.
La nueva y profunda participación de la familia Trump en el oscuro juego de las criptomonedas podría actuar como un vehículo para eludir las leyes de seguridad nacional y anticorrupción. Además, marca el mayor conflicto de intereses en la historia presidencial de Estados Unidos, ya que Trump ha prometido hacer del país norteamericano la «capital de las criptomonedas del planeta». El mayor beneficiario de sus políticas será él a la vez que, en teoría, su gobierno será el que supervise los esfuerzos para regular una industria que ya está generando problemas y registrando estafas precisamente por su falta de regulación.
Donald Trump, a lo largo de su vida, ha sido protagonista o liderado estafas de todo tipo y en múltiples sectores. Hay que recordar el fraude de su universidad, la venta de relojes de 100.000 dólares, cromos o biblias. Sin embargo, la entrada en el mundo de las criptomonedas allana el camino para una corrupción y una injerencia extranjera prácticamente ilimitadas y sin control.
Trump promocionó a finales de 2024 guitarras de edición limitada adornadas con su lema «Make America Great Again» con versiones autografiadas que se vendían por hasta 11.500 dólares. Las guitarras tuvieron que ser retiradas tras la reclamación del fabricante Gibson por infracción de marca registrada.
Durante su campaña para presidente, Trump promocionó personalmente relojes con su nombre que se vendieron por hasta 100.000 dólares y hacía referencia al intento de asesinato de julio de 2024.
Trump también promocionó una moneda conmemorativa con su marca Trump. Como no le van las cosas pequeñas, la calificó como «un verdadero símbolo de la grandeza estadounidense». La moneda tenía un precio de 100 dólares, pero solo contenía alrededor de 31 dólares en plata.
El hecho de que Donald Trump se lance a por todas en el mercado de las criptomonedas días antes de volver a la Presidencia significa que el interés público acaba de entrar en aguas muy turbulentas e inexploradas. El nuevo presidente se ha expuesto a un sector potencial de corrupción nunca antes imaginado, capaz de ganar dinero ilimitado en el oscuro mercado de criptomonedas, fuera de la vista del público y de cualquier interés corporativo.