Cada guerra y conflicto en que Estados Unidos ha participado ha dejado una huella imborrable en la historia del país. Los veteranos son testigos vivos de estos eventos. Desde la Guerra de Independencia hasta la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Irak y Afganistán, los veteranos han arriesgado sus vidas para proteger los valores que afirma defender esta nación.
Una vez que los veteranos dejan el servicio activo, muchos continúan contribuyendo significativamente a la sociedad civil. Su formación en liderazgo, disciplina y trabajo en equipo los convierte en valiosos miembros de la comunidad, capaces de desempeñar roles cruciales en diversos sectores como el empresarial, político y social.
A pesar de su inmenso valor, los veteranos se enfrentan a numerosos desafíos tras su regreso a casa. Problemas como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), lesiones físicas, discapacidades, amputaciones y la readaptación a la vida civil pueden ser abrumadores. La salud mental es una preocupación predominante. Programas específicos y centros de atención de salud para veteranos, como los proporcionados por el Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA), son esenciales para abordar estos problemas. Además, el acceso a servicios de salud de calidad es vital para tratar las secuelas físicas y psicológicas del servicio militar.
Donald Trump afirma que quiere hacer a América grande otra vez. En realidad, esto no es más que el eslogan de una estafa porque, a pesar de su valor y del reconocimiento que el gobierno de Estados Unidos debería conceder a estos hombres y mujeres, la administración Trump pretende socavarles en lo que más necesitan: la atención médica.
Según documentos internos, a los que Diario16+ ha tenido acceso, Trump y su escudero Elon Musk planean despedir a 80.000 empleados del VA. Estos recortes afectarán a decenas de miles de puestos de trabajo encargados de implementar la ley bipartidista PACT, que ayuda a brindar atención médica crítica a los veteranos expuestos a fosas de combustión tóxicas. Los recortes propuestos también afectarán significativamente la seguridad laboral de los veteranos, dado que una cuarta parte de los empleados del VA lo son.
Esta es una demostración más de cómo la agencia ilegal DOGE, liderada por Elon Musk, no respeta nada, ni siquiera a aquellos hombres y mujeres que han dado una parte de su vida a servir a los Estados Unidos. Debe ser que, como él es sudafricano, le da todo igual. Además, en un tema tan serio como es la atención médica de un grupo de la población que tiene secuelas graves de su servicio, desde la grave afectación a la salud mental provocada por la exposición a altos niveles de estrés, hasta la creación de prótesis para aquellos que han perdido extremidades o los servicios de fisioterapia.
El Círculo de Trump ya quiso hacer negocio con los veteranos
Durante la primera etapa de Donald Trump en la Casa Blanca, ya se pretendió hacer negocio con los veteranos. Tal y como publicó Diario16+, a través de documentos y correos electrónicos a los que tuvo acceso, el círculo más cercano al presidente pretendió vender los datos sanitarios de los veteranos a grandes multinacionales tecnológicas, como Apple, o a los gigantes farmacéuticos.
Uno de esos correos señalaba claramente que «los datos de los pacientes son, en mi opinión, los activos más valiosos [sic] que tiene el VA». El mail, con asunto «VA Data Base» (base de datos de la VA) fue enviado en 2017 por un consultor que llegaba a afirmar que se podrían sacar varios cientos de millones de dólares vendiendo acceso a grandes empresas.
El consultor, Terry Fadem, dirigía una organización privada sin ánimo de lucro para Bruce Moskowitz, un médico de West Palm Beach, Florida, que fue uno de los tres asociados de Trump que tuvieron una gran influencia sobre el VA.
En respuesta al correo electrónico de Fadem, Moskowitz le dijo al entonces secretario de VA, David Shulkin, que había discutido el plan con empresas interesadas, incluidas Johnson & Johnson, CVS y Apple. Shulkin respondió que le gustaba la idea, según indican los documentos.
Los altos funcionarios se apresuraron a contratar a Fadem como contratista, según muestran los correos electrónicos, pero no está claro si su contrato fue adjudicado. «Estoy tratando de entender por qué y dónde [h] está atascado el contrato», dijo Poonam Alaigh, entonces el principal funcionario de salud de VA, en un correo electrónico de junio de 2017. «Estoy de acuerdo, tenerlo a bordo lo antes posible será fundamental».
Estos documentos ayudan a completar la imagen de la amplia influencia del triunvirato de Mar-a-Lago sobre la agenda de Trump para los veteranos, un tema que fue capital en su campaña de 2016.