Ucrania ha logrado un principio de acuerdo con parte de sus acreedores privados, con el objetivo de reestructurar su deuda, que asciende a más de 20.000 millones de dólares.
Hace dos años, Ucrania decidió congelar los pagos de su deuda externa, y es una decisión que tiene fecha de caducidad: el próximo 1 de agosto deberá pagar un cupón sobre un bono que vencerá en 2026.
Es la última vía para tratar de evitar entrar en suspensión de pagos.
El comité de tenedores de deuda ha aceptado pérdidas del 37% de sus tenencias en trece bonos: renuncian a reclamarle 8.570 millones. Por su parte, Ucrania se compromete a ahorrar 11.400 millones durante los próximos tres años.
En el acuerdo han participado fondos de inversión como Amundi, BlackRock y Amia Capital, además de otros inversores. Son la representación del valor del 25% de los bonos, por lo que es necesario todavía que el acuerdo quede confirmado por dos tercios de los tenedores, que aún deben dar el visto bueno.
Según ha informado El Confidencial, el Ministro de Finanzas ucraniano ha afirmado que "una vez completada la reestructuración, servirá para allanar el camino hacia el reingreso de Ucrania en el mercado lo antes posible, cuando la situación de seguridad se estabilice para financiar la rápida recuperación y la reconstrucción de nuestro país".