El Congreso de Estados Unidos ha abierto una investigación sobre las acusaciones vertidas que apuntan a un presunto pago a espías para que declarasen que el origen del virus era natural.
Según la información publicada, seis analistas de la CIA en el Equipo del Origen del Covid, recibieron un "incentivo económico significativo" para "informar" sobre el origen del virus, subrayando que no tenía relación con un laboratorio. Así se ha denunciado en el día de ayer ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos, citando la información dada por un denunciante que pertenece a la agencia de espionaje.
El Subcomité sobre la Pandemia de Coronavirus y el Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes han recibido un "testimonio nuevo y preocupante" por parte de un denunciante sobre la investigación de la CIA relativa a los orígenes de la pandemia. El denunciante sería "un alto funcionario" que lleva trabajando en el organismo décadas.
Según el denunciante, seis de los siete miembros del equipo consideraban que "la inteligencia y la ciencia eran suficientes para hacer una evaluación de perfil bajo" sobre el origen del virus en el Instituto de Virología de Wuhan. Solamente uno creía que el virus tenía origen animal.
A los seis analistas, según la denuncia, se les ofreció dinero para cambiar de posición, de modo que la agencia pudiera llegar "a la eventual determinación pública de incertidumbre". Precisamente, el pasado mes de junio se señaló que no estaba claro el origen del virus y que había dudas razonables al respecto de su posible origen en un laboratorio. Posteriormente, apareció la "teoría" del perro mapache, que a pesar de pretender ser dada como válida, resultó no tener evidencia científica alguna.
Se ha solicitado la comparecencia voluntaria del exdirector de operaciones de la CIA, Andrew Makridis para el próximo 26 de septiembre.