La vida cotidiana en Gaza: huir, temer, morir

Gaza se muere de hambre: el colapso total del sistema humanitario bajo el genocidio israelí

06 de Agosto de 2025
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Vida Gaza muerte
Mujeres y niños esperando comida en una cocina comunitaria de la ciudad de Gaza | Foto: Naciones Unidas

En Gaza, la catástrofe humanitaria ya no se anuncia: se vive, se sufre, se muere. La Franja se ha convertido en un infierno en vida, donde el hambre avanza más rápido que los cargamentos de ayuda internacional y donde incluso quienes están llamados a socorrer (médicos, enfermeras, trabajadores humanitarios) ya no tienen fuerzas para mantenerse en pie. Lo ha denunciado con crudeza el comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini: “Los niños están muriendo en silencio. Y quienes no han llegado a ese extremo… quieren escapar del infierno”.

Los cuidadores también tienen hambre

Desde el inicio de la guerra en octubre de 2023, tras el ataque terrorista liderado por Hamas en el sur de Israel, más de 2,1 millones de palestinos han quedado atrapados en Gaza, bajo asedio, bombardeos y un bloqueo alimentario y sanitario sistemático. Lo que comenzó como una ofensiva militar se ha transformado en un castigo colectivo.

“Cuando incluso quienes cuidan y socorren empiezan a desmayarse, significa que el sistema ha colapsado”, advirtió Lazzarini. "Y eso es exactamente lo que observamos hoy en Gaza".

Los trabajadores de la ONU, aquellos que hasta hace poco representaban el último hilo de contención frente al abismo, están hambrientos, agotados y desplazados, como el resto de la población. La trabajadora humanitaria Manar, miembro de UNRWA, resume la tragedia: “Mis hijos lloran porque tienen hambre. Me rompe el corazón”.

Huir, temer, morir

Desplazada de su hogar, Manar vive con miedo constante a los bombardeos, a la muerte, a tener que volver a huir. Y aun así, sigue trabajando. Sin agua potable, sin suficiente comida, sin electricidad ni medicamentos, su familia se acuesta muchas noches con el estómago vacío.

“Hasta las cosas más sencillas se han vuelto terribles”, lamenta. “No hay coches, ni autobuses, ni ayuda. Caminamos durante horas bajo el sol para buscar suministros. Estamos agotados, física y emocionalmente. Pero seguimos adelante. Esto no es solo un día. Es nuestra vida”.

1.500 muertos solo por buscar comida

Entre mayo y agosto de 2025, al menos 1.500 gazatíes han muerto intentando conseguir alimentos, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). La mayoría ha caído en rutas de convoyes o puntos de distribución militarizados. Lejos de proteger la ayuda humanitaria, la presencia militar israelí en estos puntos los convierte en escenarios de muerte.

El portavoz de la ONU, Farhan Haq, no deja lugar a dudas: "La hambruna está en marcha". Las advertencias del Programa Mundial de Alimentos y UNICEF también son tajantes: la inanición ya no es una amenaza futura, sino una tragedia en tiempo real.

Guerra contra los cuerpos hambrientos

Lazzarini fue aún más directo en su denuncia: “Las autoridades israelíes están matando de hambre a civiles, incluyendo a un millón de niños”. El hambre, en este contexto, no es una consecuencia colateral, sino una herramienta de guerra. Un acto deliberado que viola las leyes internacionales, pero que se perpetúa bajo el silencio cómplice de gran parte de la comunidad internacional.

Ante la presión global, Israel ha accedido a permitir lanzamientos aéreos de ayuda en ciertas zonas y ha declarado pausas diarias limitadas en los combates. Jordania, España, Emiratos Árabes Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania han participado en estas misiones. Pero expertos y ONG coinciden: son medidas costosas, simbólicas y profundamente ineficientes.

“Tenemos 6.000 camiones llenos de ayuda varados fuera de Gaza, esperando luz verde para entrar”, informó UNRWA. Mientras tanto, la ayuda lanzada desde el aire es insuficiente, cae en zonas inaccesibles o directamente no llega a quienes más la necesitan.

Rehenes en estado de inanición

Como si la situación no fuera lo suficientemente desgarradora, Hamas y la Yihad Islámica publicaron recientemente videos de rehenes israelíes visiblemente debilitados por la falta de comida, buscando presionar a Israel para que abra corredores humanitarios. El chantaje con el hambre es doble: hacia los suyos y hacia los ajenos.

La ONU ha condenado el uso de los rehenes como herramienta política, al tiempo que ha reiterado su llamado a que la ayuda fluya sin restricciones y que todos los rehenes sean liberados de inmediato.

Gaza, el espejo del fracaso internacional

Lo que ocurre hoy en Gaza es una mancha imborrable en la conciencia del mundo. Los principios humanitarios más básicos (alimentar a los hambrientos, curar a los enfermos, proteger a los inocentes) han sido reemplazados por una lógica de asedio, indiferencia y propaganda.

Los gazatíes ya no viven, sobreviven. Y sus gritos no solo son un grito de compasión: son una acusación. Una advertencia. Un recordatorio brutal de lo que sucede cuando la política se impone sobre la humanidad.

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