María José Pintor

Jose Mari Calleja, mi héroe

21 de Abril de 2020
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Calleja

Jose Mari…

A las aladas almas de las rosas...

de almendro de nata te requiero,:

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero. (Miguel Hernández)

Tiene que ser mentira. Quiero que sea un errorde mi colega Natalio, por quién llegó la tragedia de tu marcha, demi pérdida. Lo que no consiguió callar ETA, ni sus amenazas, ni sus bombas,se lo lleva el covid-19. ¡Maldito virus!

Mi héroe, mimaestro, el invencible periodista, te marchas solo en una UVI sin ni siquierayo saberlo. Y me niego a aceptarlo amigo, porque tenemos pendiente muchascosas: lanzar tu último libro en Salamanca (iba a ser en abril pero tuvimos queposponerlo por el maldito virus) , presentarte a mi amiga Eva Maldonado -fue una promesa- y volver a ese reencuentro deseado y pendientecon quien nos presentó, Charo Diego.

El encuentro

Nuestra querida Charo, que nos unió parasiempre. Allí en ese patio de escuelas menores,, donde hace más de 20 añosllegaste para participar en un Congreso de Derecho Penal en la Universidad deSalamanca, tuvo lugar el encuentro. Y nos unimos a ti en tu  lucha y razón de ser del Periodismo,de ese que sólo entienden los auténticos, los genuinos, los grandes.

Siento en un instante el calor de tusabrazos, de tus risas y de tus lágrimas. Y en ese mismo instante llega undolor tan intenso, un sentido de vacío tan insoportable, que sólo se me ocurrellamarte para que nos des ánimo.

Sergio llora -es como tú- y yo lloro con másrabia y quiero que vuelvas de inmediato, porque hay demasiadas cuestionespendientes.

 Portantas cosas que nos quedaron por hacer, por lo vivido, por lo que faltaba,tiene que ser de nuevo ayer y que en la UVI te recuperen,  y nos llegue tu mensaje de que ya estás denuevo en órbita, como pasó con lo de tu corazón, hace aún tan poco tiempo.

Pero es que un corazón como el tuyo, inmenso,puede romperse. Romperse de tanta pasión, de entrega, de rabia, de ternura.

Porque te vi llorar, en aquellos años del horroretarra, y pese a todo nos hacías reír a todos. Porque te vi soñar y revivir yrenacer de tus cenizas. Porque eres mi héroe, tenías que haber sidoinvencible amigo.

No sé si quedarme con tu verbo o tu pluma. Contu ironía o tu rapidez de reflejos y mente. Eres irrepetible, insuperable. Poreso es tan incomprensible tu muerte.

Pero me quedo con tu aliento, con nuestra risasjunto a Sergio Arestizabal, Sergio Perandones y María Ángeles Tirado, enSantander, en aquel maravilloso curso de la UIMP, en el que estuvimos tantabuena gente junta.

Me quedo con tu capacidad de imitar hastahacernos caernos de la silla de la risa, con tu inmensa ternura, con tu lealtady tu incapacidad para el rencor. Me quedo con tu inmenso amor por tus doshijos, por tu revivir con tu nuevo amor. Me quedo, Jose Mari, con la grandezade tu alma, tu inmensidad de periodista, con todo lo que fuiste y representaráspara siempre.

Gracias por tu ejemplo de vida, por tu lucha,por tu integridad, por ser grande entre los grandes del Periodismo. Uff, unomenos, de los genuinos, en esto del oficio. ¡Con la falta que nos haces!

Inmenso en tanto, gracias por todo…

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