El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió el pasado 12 de mayo en la Casa Blanca con el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en un ambiente de suma cordialidad, reflejo de la excelente relación actual entre ambos países, con una agenda (Latinoamérica, Ucrania, Cambio Climático, etc.) muy centrada en las prioridades de la Presidencia española de la Unión Europea, que comienza el 1 de julio de 2023. Aunque Sánchez y Biden ya habían mantenido varios encuentros previos – Bruselas, Madrid, Bali, etc. – y la relación entre ambos se ha ido fortaleciendo, en especial tras la asistencia del Presidente Biden a la Cumbre de la OTAN en Madrid, aún no se había producido una visita oficial a la Casa Blanca. La complicidad entre ambos líderes en sus conversaciones en la reunión del G-20 en Bali, donde departieron extensa y distendidamente en varias ocasiones a la luz de las cámaras y los fotógrafos, ya dejaba entrever que la visita del Presidente Sánchez era una cuestión próxima. La plena sintonía de Madrid y Washington en los principales dossieres internacionales – Ucrania, Cambio Climático, Latinoamérica, etc. – hacía obvia la recepción en el despacho oval al líder español. Finalmente, el pasado 19 de abril, un breve comunicado de la Presidencia del Gobierno anunciaba este viaje a Washington del Presidente Sánchez, mientras la Portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en su rueda de prensa diaria, confirmaba la invitación oficial a Washington del Presidente Biden a su homólogo español.
Este viaje institucional a Estados Unidos y el encuentro con el Presidente Biden – un éxito diplomático de primera magnitud que coincidió con el inicio de la campaña electoral municipal y autonómica en España – ha contado, entre otros destacados actores en Washington y Madrid, con la contribución clave en su preparación y gestión de la nueva Embajadora de EEUU en España, la neoyorquina Julissa Reynoso. Los buenos oficios de la Embajadora Reynoso, coinciden todas las fuentes consultadas, han sido decisivos para agilizar esta reunión estratégica para la política exterior – e interior – española. La llegada a Madrid de Reynoso, sin duda, fue una excelente noticia para el Palacio de La Moncloa, dada su proximidad al Presidente de EEUU Joe Biden. Hay que tener presente que Reynoso se desempeñaba hasta su llegada a España como jefa de gabinete de Jill Tracey, la Primera Dama de EEUU y esposa del Presidente Joe Biden, y es público que conserva una interlocución directa con la Casa Blanca. España se encuentra ante una prestigiosa diplomática de carrera – además de una experimentada política – que fue la embajadora más joven de EEUU durante el mandato del Presidente Barack Obama (2008-2016).
Reynoso de ascendencia dominicana, de inteligencia brillante y con un perfecto español – como pude comprobar cuando nos presentaron en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Haití en 2010 – tiene unos orígenes humildes. En el Bronx, uno de los barrios más conflictivos de Nueva York, destacó por sus sobresalientes calificaciones académicas que le abrieron las puertas a una beca con la que pudo graduarse – entre las primeras de su promoción – en Harvard. En la universidad fue participante activa de asociaciones estudiantiles y movimientos reivindicativos, incorporándose en esa época al Partido Demócrata. En 2008 era una de las colaboradoras más jóvenes y prometedoras del equipo de Hillary Clinton. Barack Obama, consciente de sus capacidades y su currículum académico, la designó como Subsecretaria de Estado Adjunta para el Hemisferio Occidental. Tuvo una participación fundamental junto a otro latino – Juan González, de ascendencia colombiana y actual asesor del Presidente Biden para Latinoamérica – en el proceso de restablecimiento de las relaciones con Cuba. De ahí surge muy probablemente la inquina de los senadores republicanos de ascendencia cubana Marco Rubio y Ted Cruz, que utilizaron todas las maniobras posibles – filibusterismo en el argot parlamentario de EEUU – para tratar de impedir su nominación. El Partido Republicano mantuvo un férreo boicot – durante interminables cuatro meses – al trámite de su nombramiento como Embajadora de EEUU en España. El Senador Rubio llegó a acusarla en las duras audiencias previas en el Capitolio de ser una «apologista del régimen comunista de Castro» y que «no presionaría a España» (sic) para ser «más agresiva» con Cuba, Venezuela y Nicaragua. Al final, el peso del intachable y amplio currículum de Reynoso – Licenciatura en Harvard, Master en Cambridge y Doctorado en Columbia – se impuso y con la preceptiva aprobación del Senado de EEUU pudo al fin tomar posesión oficial de la Embajada y presentar las cartas credenciales – irónicamente, el mismo día que el nuevo embajador y ex viceministro de exteriores cubano, Marcelino Medina – en la tradicional ceremonia en el Palacio Real.
Estados Unidos y España tienen una agenda importante en estos próximos meses sobre la mesa. La Cumbre de la OTAN que se reunió en junio de 2022 en Madrid – con la asistencia del Presidente Biden – puso el listón muy alto con su éxito, unánimemente reconocido por todos los mandatarios asistentes, a la Cumbre de Vilna, la bella capital lituana, que la Alianza Atlántica celebró los pasados 11 y 12 de julio de 2023. A pesar de la incierta situación en Europa ante el conflicto bélico en Ucrania en Madrid en 2022, los líderes de la OTAN lograron alcanzar un amplio consenso para definir su nuevo concepto estratégico. En Vilna nuevamente, la Alianza Atlántica tuvo en su agenda la guerra en Ucrania además de la cuestión nada baladí de la elección de su secretario general. Tras el anuncio de la definitiva retirada del ex primer ministro noruego Jens Stoltenberg, la OTAN está a la búsqueda de un nuevo Secretario General. El nombre del Presidente Sánchez, en línea con su creciente influencia en la escena internacional, fue uno de los candidatos valorados en las reuniones de los embajadores y ministros en los cuarteles generales de la Alianza Atlántica en Bruselas. Tras la reiterada negativa del Palacio de La Moncloa, que el Presidente Sánchez volvió a manifestar con contundencia el pasado 6 de junio en una comparecencia conjunta en Madrid con el Primer Ministro de Suecia Ulf Kristersson, las quinielas apuntan a una mujer y europea. Entre los nombres más citados se encuentran Mette Frederiksen, la Primera Ministra de Dinamarca, Sanna Marin, la ex premier finlandesa, y Federica Mogherini, la ex Vicepresidenta italiana de la Comisión Europea y predecesora en el cargo de Josep Borrell como Alta Representante para Política Exterior y de Seguridad de la UE. Todas estas candidatas son mujeres procedentes de formaciones políticas socialdemócratas y con excelente relación con la Casa Blanca demócrata. La opción inicial de la Primera Ministra de Estonia, la ex eurodiputada liberal Kaja Kallas – una halcón partidaria de duras acciones contra Moscú: «todos los ciudadanos rusos deben pagar un precio por la invasión» (sic) – parece haber perdido muchos enteros en los últimos meses ante el temor de varios estados de la Alianza Atlántica a degradar aún más las ya extremadamente tensas relaciones con la Federación Rusa. Finalmente, ante la prolongación de la guerra en Ucrania, los países aliados decidieron en la Cumbre de Lituania prorrogar una vez más el mandato del Secretario General Stoltenberg. La elección del nuevo Secretario (a) de la Alianza Atlántica tendrá que esperar.
Pero a más largo plazo, el papel de España en América Latina y en particular Centroamérica – epicentro de la actual crisis migratoria en EEUU – aparece como una de las asignaturas principales en la relación entre Madrid y Washington. De hecho, uno de los acuerdos más significativos surgidos del encuentro oficial el pasado 12 de mayo en la Casa Blanca entre el Presidente Biden y el Presidente Sánchez es el compromiso español de acoger a un número – aún no determinado – de inmigrantes centroamericanos. En noviembre de 2024 se celebrarán elecciones en Estados Unidos y la migración está en el centro del polarizado debate político. El 18,7 % de la población en EEUU es de origen hispano y, a pesar de la petición expresa en su viaje oficial a Guatemala de la Vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris: «No vengan», la cifra de llegadas irregulares alcanzó cotas no vistas en dos décadas y podrían aumentar tras el fin del «Título 42» que facilitaba las deportaciones al amparo de la epidemia de coronavirus. Este escenario hace que el papel de España, que ha comprometido apoyos además de en la acogida a migrantes también en la reconstrucción de Centroamérica – devastada por la siniestra conjunción del Covid19 y los huracanes Eta e Iota – se revalorice en Washington. El desafío migratorio en la frontera sur de EEUU ha contribuido muy probablemente al éxito de esta visita y al nuevo impulso a la relación bilateral Madrid-Washington. La Casa Blanca trata de frenar la crisis con la apertura de centros de acogida de migrantes en Guatemala y Colombia, así como, sobre todo, con la iniciativa del «Plan Centroamérica» – 4.000 millones en infraestructuras y programas sociales – y la idea de sumar aliados exteriores, en particular España por su peso y lazos históricos con la región, a este esfuerzo cobra fuerza en Estados Unidos.
En los prolegómenos del encuentro en la Casa Blanca, el pasado 4 de mayo en Bruselas, intervino ante el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores y Desarrollo de la UE, Pilar Cancela, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional y Presidenta de AECID – la homóloga de USAID, la agencia de cooperación estadounidense – con una exposición en la que presentó las líneas maestras de la inminente Presidencia española de la UE en las áreas de política exterior y de cooperación al desarrollo. Centroamérica aparece como una de las principales prioridades en línea con las reiteradas peticiones de Washington en los últimos meses a Madrid y Bruselas de colaborar con la acción de la USAID en el istmo. En su apasionada intervención – elogiada por la mayoría de los ministros asistentes – la Secretaria de Estado Pilar Cancela reivindicó ante sus colegas europeos el modelo español de cooperación vinculado a la sociedad civil, con perspectiva de género y destinado a «acompañar, no imponer» el desarrollo.
Cancela, que tuvo una muy destacada participación en la IX Cumbre de las Américas celebrada en junio de 2022 en Los Ángeles con la asistencia del Presidente Biden, acababa de regresar precisamente de una intensa visita de trabajo a Costa Rica y Colombia, donde mantuvo reuniones en Bogotá con la Vicepresidenta colombiana Francia Márquez y en San José con las principales autoridades de las instituciones de integración centroamericanas. España y, en particular, el Presidente Pedro Sánchez y la Secretaria de Estado Pilar Cancela, han apoyado firmemente el proceso de integración centroamericana y a sus instituciones principales (la Secretaría General del SICA, el PARLACEN, la CCJ, el BCIE y la SIECA). En ambas capitales, las autoridades locales le trasladaron su felicitación a España por la donación de vacunas ante la Covid-19 – Estados Unidos también hizo una importante contribución en vacunas a la llegada de la administración Biden/Harris a la Casa Blanca – y el apoyo ante los huracanes «Eta» e «Iota».
La relación entre España y Estados Unidos está sin duda en su mejor momento en las últimas dos décadas. El éxito de la visita del Presidente Sánchez a Washington y su reunión de trabajo con el Presidente Biden en el despacho oval en la Casa Blanca ha merecido una especial atención no solo de los medios de comunicación españoles y estadounidenses sino que ha sido destacada en las portadas de los diarios de los principales medios latinoamericanos. La visita a España el pasado 30 de mayo de Hillary Clinton, la ex Secretaria de Estado de EEUU y candidata demócrata contra Donald Trump en las presidenciales de 2016, recibida en Madrid tanto por el Presidente Sánchez como por el Rey Felipe VI, es otra prueba de la excelente sintonía entre Washington y Madrid. La alianza de España y EEUU para colaborar en la respuesta a la crisis migratoria con la acogida de refugiados latinoamericanos y la incorporación de Madrid como socio del «Plan Centroamérica» – una acertada iniciativa por la que parlamentarios centroamericanos han nominado a la Vicepresidenta Kamala Harris al Premio Nobel de la Paz 2023 – son temas que están centrando la atención de las principales capitales centroamericanas y sudamericanas. La Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Unión Europea-CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que se reunirá el 17 y 18 de julio en Bruselas bajo la Presidencia española de la UE o el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE, que reunirá a los 27 ministros del área el próximo mes de agosto en Toledo, con la probable presencia en ambas citas de una delegación de diplomáticos estadounidenses, serán potentes señales de la nueva relación entre Washington y Madrid. España, sin duda, es afortunada al contar con la Embajadora Julissa Reynoso como su interlocutora en Madrid con la Casa Blanca, una prestigiosa diplomática y experimentada política orgullosa de sus raíces latinas y que está aportando una contribución esencial – en especial en temas como América Latina o el Cambio Climático – para reforzar los lazos de amistad y cooperación entre España y Estados Unidos.
