La formación se convierte en la palanca del crecimiento económico

30 de Junio de 2020
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Han pasado apenas tres meses desde que el mundo dio un frenazoen seco. Ninguno de nosotros nos podíamos imaginar, al menos inicialmente, que la situación que íbamos a vivir llegase a ser de tal magnitud.

Con la declaración del estadode alarma se extendían a la totalidaddel territorio nacionaluna serie de medidas que han tenidoun gran impacto en el sistemade formación profesional para el empleo, que se ha visto gravemente afectado al no permitirse, con carácter general, continuar la ejecución de la formación, programada hasta aquel entonces, tal y como esta modalidad se encontraba regulada.

El sectorde la formación ha sabido adaptarse a esta nueva situaciónrecuperando modalidades de impartición de la formación que, por unasu otras cuestiones, habían sido relegadas a un segundoplano. En esteproceso de adaptación ha jugado un papel fundamental la Resolución de15 de abril del Servicio Públicode Empleo Estatal.

Con este nuevo escenario de fondo, una a una, todas las comunidades autónomas, dentro de sus competencias, han establecido su propia regulación lo que ha favorecido que la totalidad de la formación que se estaba impartiendo se pudiese adaptar a la  nueva realidad; una realidad que, en nuestro sector, ha estado ligada al empleo de las nuevas tecnologías   como   cauce   para   el mantenimiento de la actividad. En general, las empresas españolas se han digitalizado más en estos tres meses que en los cinco años anteriores.

Y, aunque todavíaes pronto para emitir ciertas afirmaciones, según datos oficiales, el sectorde la formación es uno de los sectoresen los queno solamente se ha mantenido el empleo sino que se ha aumentadola cifra de personas ocupadasen dicho sector. Estos datos debenser analizados con cierta cautela puesto que estamos hablando  de los datos contenidos en la Encuesta de Población Activa (EPA Primer Trimestre 2020)que, únicamente, refleja apenas dos semanastras el inicio de la pandemia.

Conscientes de que la formacióny la capacitación de las personas constituyen, hoy más que nunca, uno delos principales activosque una economía posee para mejorarsus resultados y su competitividad y en un entornoeconómico como el actual, donde los efectos de la pandemia están provocando nuevas formasde organizar la distribución del trabajo se hace necesaria una transformación paralela del capital humano.

Basta con analizar, nuevamente, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA Primer Trimestre 2020) para darnos cuenta de que uno de los principales escollos con los que se encuentra el mercado de trabajo es el bajo nivel de estudios que presenta la población trabajadora. Así :

  • El 32% de las personasocupadas (más de 6,2 millones de personas) tienen bajo nivel de estudios
  • El 49% de las personas en situación dedesempleo (más de 1,6 millonesde personas) tiene bajo nivel de estudios.

De estos datos podemos deducirque la tasa de paro guarda estrecha relación con el nivel de estudios:a mayor nivel de estudiosmenor tasa dedesempleo. Así, frentea una tasa de paro total del  14,41%:

  • La tasa de paro en personas con 1a etapa educaciónsecundaria o similar es del 19,09%, alcanzando el 26,40% enpersonas con educaciónprimaria y hasta el 27,27% en personascon estudios primarios incompletos
  • La tasa de paro en personas con 2ª etapa de educación secundaria con orientación profesional (incluyendo post-secundaria no superior)es del 15,67% y del 14,77% en personas consegunda etapa de educación secundaria con orientación general
  • La tasa de paroen personas con educación superior es del 8,98%

Estas cifras anterioresevidencian que elevar el nivel de estudios de la población trabajadora, sea por medio dela educación, sea por mediode la formación para el empleo,es una condición necesariapara rebajar lastasasde desempleo.

Con este telónde fondo, el sector de la formación debe seguir  apostando por convertirse en un referente de la inevitablereconstrucción a la que la pandemia nos ha abocado.Es por ello, por lo que se está impulsando un Plan de Nacional Extraordinario Formación para el Empleo y la Reconstrucción en el bienio 2021- 2023 cuyas líneas estratégicas  son  las siguientes:

1º- Ayudar a la recolocación de los trabajadores que pierdan su empleo pormotivo de la crisis sanitaria provocada por la COVID19

2º- Favorecer una clara apuesta por lossectores estratégicos de nuestro país: tecnología, economía de los cuidados, turismo  de  calidad,industria esencial y función pública

3º- Desarrollar una reconstrucción de nuestra fuerza de trabajoentre 2021 y 2023

El aprendizaje en telepresencia que hemos experimentado durante  la crisis sanitaria nos ha demostrado que, con todas las dificultades y brechas que sea necesario corregir,la tecnología debe ser una herramienta formativa de primera magnitud. De ahí que la apuestapor la tecnología como medio para formar a grandes capas de población trabajadora debe ser la tónica generalen cualquier experiencia de formación para el empleo en el contextoactual.

Todo ello va a permitir que los centros de formación se conviertan en actores estratégicos favoreciendo el hecho de que la formación se convierta en la palanca del crecimiento económico a largo plazo y en el catalizador crítico para la superación de la crisis.

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