La gran «estafa» de la propaganda sanitaria de Isabel Díaz Ayuso

Los hechos del día a día demuestran que, evidentemente, la propaganda esconde la precariedad absoluta del sistema sanitario madrileño

27 de Marzo de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Ayuso sanitarios

Todo el mundo conoce el microcuento de Augusto Monterroso que dice «cuando despertó, el dinosaurio seguía allí». En el caso de la Comunidad de Madrid de Isabel Díaz Ayuso, se podría transformar en «cuando se firmó el acuerdo, la sanidad precaria seguía allí».

La realidad es que al aparato de propaganda «ayusista» ha pretendido en las últimas semanas transmitir un mensaje que es un bulo que consiste en hacer creer a la ciudadanía que el acuerdo firmado con el sindicato AMyTS que terminó con la huelga indefinida de médicos y pediatras de atención primaria sirvió para acabar con los problemas de la sanidad pública madrileña.

Sin embargo, esta vez la propaganda no ha calado en el pueblo de clase media y trabajadora. Esto se pudo comprobar en la gran manifestación celebrada el domingo que congregó a decenas de miles de personas reclamando una sanidad pública digna y eficiente.

Los hechos del día a día demuestran que, evidentemente, la propaganda esconde la precariedad absoluta del sistema sanitario madrileño y las graves consecuencias que ello está teniendo para la salud de la ciudadanía. Se están poniendo en riesgo vidas a costa de determinados intereses que se quieren privilegiar.

Por más que en la propaganda ayusista se pretenda hacer ver que los problemas sanitarios han quedado resueltos con el fin de la huelga, lo cierto es que los centros de salud siguen sin profesionales y que se ha dejado al interés económico de los médicos si se dan más horas de trabajo o no. Además, esto chocaría con los convenios colectivos, los acuerdos laborales de la Comunidad y con el propio Estatuto de los Trabajadores, al poner sobre la mesa la opción de dar horas extras, por más que estén pagadas.

En España la jornada máxima es de 40 horas semanales y, en el caso de los trabajadores sanitarios de la Comunidad de Madrid está estipulada en 37 horas y media semanales, es decir, 1.645 horas anuales en los turnos diurnos que, evidentemente, son los que aplican a la atención primaria.

El gran problema de la sanidad madrileña es que los gobiernos del Partido Popular decidieron que había que privatizar los servicios sanitarios. Se empezó con acuerdos de externalización de los cuerpos administrativos para pasar a la gestión privada de los hospitales públicos, lo que deja en manos de la cuenta de explotación de las empresas del sector sanitario los niveles de atención y la contratación de personal.

El gobierno de Isabel Díaz Ayuso está profundizando en lo que inició Esperanza Aguirre. Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad, con unas cifras que están muy lejos de la media española y, por supuesto, de la media de la Unión Europea. Ayuso ha conseguido que las listas de espera se incrementen en más de un 20% desde que llegó al gobierno autonómico y ni siquiera las derivaciones a la sanidad privada han conseguido frenar.

Desde que Ayuso es presidenta se han despedido a miles de médicos y personal del sector sanitario, lo que ha provocado que mucha gente esté haciendo sacrificios económicos para poder mantener un seguro de salud privado ante el deterioro de la sanidad pública.

Falta de medios, falta de profesionales que lleva a la saturación del sistema de salud son los graves problemas que Ayuso no quiere enfrentar. El acuerdo con AMyTS es meramente económico y no se incluyó la contratación de más personal sanitario que cubrieran las graves carencias en recursos humanos que sufre la Comunidad Autónoma.

Esa falta de inversión económica en sanidad se demostró en las palabras del consejero cuando afirmó que no podían competir con otras comunidades autónomas para pagar más a los médicos. ¿Cómo es posible que Madrid, la comunidad con un PIB mayor de España, no tenga capacidad económica para ofrecer salarios acordes a quienes cuidan de la vida de las personas? Eso no se lo cree nadie y demuestra que el objetivo a medio plazo es la destrucción del sistema autonómico de salud para entregarlo a las grandes empresas del sector sanitario.

Esto no lo cuenta la propaganda ayusista que, además, pretende extender al problema a toda España para salvar mediáticamente la gestión nefasta del «unicornio» de la derecha.  

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