El reciente gabinete de Pedro Sánchez no solo marca un cambio en la política interna de España, con un consejo de ministros más político, sino que también señala una estrategia europeísta ingeniosa y ambiciosa. La inclusión, por primera vez en la historia, de tres ex eurodiputados con amplia experiencia y diversidad ideológica — Ernest Urtasun, Sira Rego y Pablo Bustinduy — en el gobierno es una maniobra que refleja las aspiraciones europeas de Sánchez y su habilidad para tejer alianzas estratégicas más allá de los límites convencionales.
Ernest Urtasun, ahora Ministro de Cultura, trae a la mesa su experiencia como vicepresidente del Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea en el Parlamento Europeo, representando a Catalunya en Comú y formando parte de diversas importantes comisiones europarlamentarias por más de nueve años. Sira Rego, actual Ministra de Juventud e Infancia y miembro del Parlamento Europeo desde 2019, representó al Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica y ejerció como su vicepresidenta, y como tal, accedió a los principales círculos de poder europeos. Ambos se mueven perfectamente en inglés, francés y alemán.
Pablo Bustinduy, el actual Ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, es un caso particularmente interesante. En 2018, Bustinduy ganó las primarias en su partido para ser cabeza de lista en las elecciones al Parlamento Europeo, aunque renunció en marzo de 2019, siendo reemplazado por María Eugenia Rodríguez Palop. Pese a ello, tiene excelentes relaciones con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Su sólida formación y experiencia internacional, y su perfil cosmopolita y habilidades lingüísticas — habla inglés, francés, italiano, alemán, portugués y catalán — lo posicionan como un puente valioso entre España y la Unión Europea, lo que puede ser crucial para las aspiraciones europeas de Sánchez.
Esta configuración ministerial no solo refuerza los lazos con grupos tradicionales como el socialista y los verdes, sino que también se extiende hacia alianzas menos habituales, incluyendo el grupo de los no inscritos, donde habitan los de Junts y Renew Europe, donde encontramos al PNB.
Esta diversidad de conexiones es especialmente relevante en un momento donde los altos funcionarios de la UE (que están aquí porque España es presidenta de la UE) han presenciado con preocupación los disturbios en Madrid, protagonizados por grupos franquistas y fascistas, con el apoyo directo del Partido Popular.
La habilidad de Sánchez para salir airoso y querer formar un gobierno que refleje y se alinee también con la diversidad de la política europea podría servir como un paraguas de protección para sus políticas nacionales, incluyendo temas delicados como la amnistía y la renovación del Poder Judicial, que actúa como si fuera otro partido más de la derecha más rancia.
Esta estrategia de Sánchez, que combina experiencia europea con alianzas políticas transversales, podría ser su trampolín para una posición aún más influyente en Europa, potencialmente aspirando a la presidencia de la Comisión Europea en junio de 2024.
El nuevo gabinete de Sánchez no solo es una declaración de intenciones a nivel nacional, sino también un movimiento táctico en el tablero europeo.
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