La amenaza de una nueva guerra en Europa es muy real, dijo el miércoles el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, después de reunirse con Rusia en la sede de la alianza militar en Bruselas.
La reunión del Consejo OTAN-Rusia terminó sin un compromiso firme de más diálogo sobre las demandas de Moscú. Rusia insiste en que a Ucrania se le niegue la membresía en la OTAN y que el despliegue de tropas y equipos de la alianza en Europa del Este se reduzca a los niveles de 1997.
Esas demandas han sido rechazadas en su totalidad por la alianza. La reunión de cuatro horas del miércoles entre los embajadoresde la OTAN y una delegación rusa fue un "momento decisivo para la seguridad europea", asegura Stoltenberg.
La OTAN estaba preparada para negociar con Rusia sobre ejercicios militares, control de armas y despliegue de misiles, señala, pero no permitirá que Moscú decida qué países pueden unirse a la alianza. "Existe un riesgo real de nuevos conflictos armados en Europa", dijo Stoltenberg en una conferencia de prensa posterior a la reunión.
Moscú ha negado repetidamente que esté planeando invadir Ucrania, pero el martes más de 3.000 soldados rusos realizaron un ejercicio con fuego real cerca de la frontera. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha insistido en que su país necesita garantías de seguridad por escrito de que no habrá más expansión de la OTAN.
Moscú apuntó que las relaciones entre Rusia y la Alianza Atlántica están en un nivel críticamente bajo. El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushko, cuestionó el afán de Estados Unidos y sus aliados por intentar imponerse en todos los escenarios de operaciones posibles. Terreno, espacio aéreo, zonas marítimas y ahora espacio y ciberespacio, enumeró Grushko, quien subrayó que Rusia no puede permitir ser considerada por la OTAN como principal adversario y amenaza, por lo que se reserva tomar las medidas que considere oportunas si se ponen en riesgo su seguridad e intereses.
Dado que el encuentro no fue fácil y pese a las diferencias significativas, con el fin de evitar a toda costa un conflicto armado, la OTAN insistió en continuar el diálogo con Rusia a través de un calendario de reuniones a corto plazo que faciliten una salida a la crisis de seguridad en Europa. La delegación rusa no dio el visto bueno a la oferta, aunque tampoco la rechazó. Necesita tiempo para volver con una respuesta, zanjó Stoltenberg.