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La responsabilidad de la Gestora del PSOE

22 de Junio de 2017
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Rajoy gestora PSOE
La política ha dejado de ser la hechura de la voluntad popular para convertirse en el instrumento complaciente de las élites económico-financieras. No importa que las medidas tomadas sean las correctas o no, sean justas o no, produzcan tal o cual efecto, deseado o no; lo importante es que agraden a las minorías influyentes y si es así, aunque todo vaya mal para los ciudadanos, siempre estaremos en el buen camino. Los destrozos generados por las políticas neoliberales y los dueños de las finanzas pueden ser irreparables para el Estado democrático, singularmente en el caso español, donde el miedo y los instrumentos del miedo han separado a la sociedad de las condiciones reales de las cuales surge la identidad nacional, mediante la simple fantasmagoría de sumergir la realidad de España como país en un continuo proceso de reemplazo hasta llegar a la suplantación. Los políticos de la derecha están poniendo el Estado al servicio de sus amigos, de banqueros y especuladores. Esta reprivatización del Estado a favor de los poderes económicos organizados, supone desactivar el conocimiento racional de los hechos y el respeto a una cultura de participación ciudadana para utilizar, en beneficio de sus intereses, la democracia nominal, que sólo comparte un excedente accesorio de poder con el único objetivo de reforzar el poder antidemocrático de las élites. El Estado “reprivatizado” por intereses organizados, siempre ha sobrevivido a costa de la democracia.Pero también propicia la corrupción del sistema puesto que el poder económico en su afán por exterminar la política y convertir a los partidos en entes de gestión produce, en muchos casos, que la coherencia sea simplemente mercantilista a través de un pragmatismo sin paliativos. Y ese pragmatismo dicta que las soluciones a los problemas planteados, los que sean, no dependan ni poco ni mucho de las ideologías. El desmayo de la política ante los intereses de las élites económicas con la abolición de valores e ideología, deja el campo libre a la corrupción en un contexto de utilitarismo sin ética. De ahí que no existan escándalos ideológicos, sólo de comportamiento. La corrupción alojada en todas las intersticios institucionales impulsa a interrogarse si el sistema está corrompido o es la corrupción el sistema. La eyección de los casos de corruptelasgeneralizadas en el Partido Popular, la manipulación de la justicia desde el gobierno para neutralizar las consecuencias penales y políticas de las mismas, el deterioro de la calidad democrática que conlleva las excrecencias del sistema constituyen que el poder sea utilizado con mendacidad una vez secuestrada la soberanía a los ciudadanos.El autoritarismo siempre latente y al acecho de las minorías económicas tiene una larga trayectoria histórica de impuesta influencia por muy onerosos que fueran los medios para la nación y la ciudadanía. Por tanto, el peligro que puede amenazar al Estado no nace de los gobernados, sino de los gobernantes y de sus intereses de poder, y quizá también de su mala preparación política. Hay demasiada fogosidad, pero no mucha elocuencia, al pretender demostrar que los intereses personales de poder son una cosa socialmente útil. Es por ello, imposible la regeneración democrática cuando la corrupción gobierna.Y la corrupción gobierna nada más y nada menos porque la élite del PSOE impidió que pudiera constituirse una mayoría de progreso y, para ello, no tuvo ningún escrúpulo en orquestar un golpe de mano que defenestrara a su propio secretario general, el único elegido por la militancia, para imponer una gestora que allanara el camino a la continuidad de la derecha en el poder y, por tanto, al gobierno de la corrupción y las políticas antisociales. Y, sobre todo, al exilio permanente de la regeneración democrática y al auténtico cambio político y social, es decir, la erradicación de la banalidad política y la imposibilidad de recuperar la supremacía de la política como impulso cívico al servicio de los intereses generales. Recomendaba Maquiavelo para la crisis de las repúblicas, que la única solución era emprender su rinovazione mediante la búsqueda de un nuevo comienzo. Por ello, habrá que demandar más temprano que tarde responsabilidades políticas a la gestora del PSOE por esta continuidad de la corrupción y de un sistema tan contrario a los intereses de las mayorías sociales.
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