miércoles, 26junio, 2024
22.2 C
Seville

Los Mil Budas de Bezeklik: historia, saqueo y el debate sobre su restitución

A lo largo del siglo XIX y principios del XX, muchas de estas valiosas obras de arte fueron saqueadas por exploradores y arqueólogos occidentales

Agustín Millán
Agustín Millánhttp://pompona22.wixsite.com/agustinmillan
Foto periodista especializado en manifestaciones y actos sindicales. Desde 2011 fotografiando la crisis más dura de la historia moderna. Responsable de redes sociales de la Cumbre Social España. Fotógrafo con 5 campañas electorales entre ellas la de Manuela Carmena y la de Enrique Santiago en IU Madrid.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Los Mil Budas de Bezeklik, ubicados en las Montañas Flameantes cerca de Turpan, en la región autónoma de Xinjiang en China, son una serie de antiguas cuevas budistas que datan del siglo V al XIV. Estas cuevas fueron un importante centro de peregrinación budista y contienen numerosos frescos que representan escenas de la vida de Buda, así como figuras de deidades y santos budistas. Sin embargo, a lo largo del siglo XIX y principios del XX, muchas de estas valiosas obras de arte fueron saqueadas por exploradores y arqueólogos occidentales. Este artículo explora la historia de los Mil Budas de Bezeklik, el saqueo de sus tesoros artísticos, su paradero actual y el debate en curso sobre su devolución.

Budas pintados desde el siglo IX hasta el periodo del Estado de Gaochang, en un fragmento de pintura mural de las "Cuevas de los Mil Budas" en Bezeklik, Región Autónoma de Xinjiang.
Budas pintados desde el siglo IX hasta el periodo del Estado de Gaochang, en un fragmento de pintura mural de las «Cuevas de los Mil Budas» en Bezeklik, Región Autónoma de Xinjiang.

Historia de los Mil Budas de Bezeklik

Las cuevas de Bezeklik fueron talladas en un acantilado en las Montañas Flameantes y son conocidas por sus detallados y coloridos frescos. Las cuevas fueron utilizadas durante siglos por monjes budistas para la meditación y el culto. Durante su apogeo, Bezeklik fue un importante centro de la Ruta de la Seda, sirviendo como un cruce de caminos para comerciantes, peregrinos y viajeros de diversas culturas y religiones. Los frescos en las cuevas representan una mezcla de influencias indias, persas y locales, reflejando la diversidad cultural de la región. Estas obras de arte son invaluables no solo por su belleza estética sino también por su significado histórico y cultural.

Cuevas de los Mil Budas de Bezeklik

La historia de los Mil Budas de Bezeklik es una crónica fascinante que revela la rica interacción cultural de la antigua Ruta de la Seda. Durante siglos, las cuevas sirvieron como un centro espiritual y cultural donde monjes budistas no solo meditaban sino también creaban una serie de frescos intrincados y coloridos. Estos frescos, que representan escenas de la vida de Buda y figuras de deidades y santos budistas, son una amalgama de influencias artísticas provenientes de la India, Persia y las culturas locales. La diversidad de estilos artísticos reflejados en estos frescos evidencia el papel de Bezeklik como un crisol de culturas a lo largo de la Ruta de la Seda.

El Saqueo por occidentales

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la región de Xinjiang atrajo a varios exploradores y arqueólogos occidentales, entre ellos el sueco Sven Hedin, el británico Aurel Stein y el alemán Albert von Le Coq. Motivados por el deseo de descubrir y documentar las antiguas civilizaciones de Asia Central, estos exploradores adoptaron métodos que a menudo implicaban la extracción y el transporte de artefactos a sus países de origen. Albert von Le Coq, en particular, fue responsable de la extracción de muchos frescos de las cuevas de Bezeklik. Utilizando herramientas de corte y técnicas de despegado, él y su equipo retiraron grandes secciones de frescos y los enviaron a Alemania. Otros exploradores también llevaron consigo piezas significativas, que ahora se encuentran dispersas en museos y colecciones privadas en Europa y América del Norte.

El saqueo de Bezeklik es un capítulo oscuro en la historia de la arqueología. Exploradores occidentales, como Albert von Le Coq, Sven Hedin y Aurel Stein, llegaron a la región con la intención de estudiar y documentar su rica historia cultural. Sin embargo, sus métodos para adquirir artefactos a menudo implicaban la extracción física de frescos y otros objetos de valor, llevándolos a sus países de origen. Albert von Le Coq, notablemente, removió grandes secciones de frescos utilizando herramientas de corte, enviándolos posteriormente a Alemania. Este saqueo ha dejado un vacío en el patrimonio cultural de China, con muchas de estas obras maestras dispersas en museos y colecciones privadas en Europa y América del Norte.

Paradero actual de los frescos

Hoy en día, los frescos de Bezeklik se encuentran en varios museos alrededor del mundo. El Museo de Pérgamo en Berlín alberga una gran colección de frescos y otros artefactos retirados por Albert von Le Coq. También el Museo Británico en Londres posee varios fragmentos de frescos y manuscritos, mientras que el Museo Nacional de Tokio en Japón también tiene una colección significativa de artefactos de Bezeklik. El Museo Metropolitano de Arte en Nueva York contiene algunos frescos y artefactos menores.

Estos frescos, dispersos por todo el mundo, se encuentran principalmente en instituciones de renombre. El Museo de Pérgamo en Berlín alberga una de las colecciones más significativas, con muchos frescos extraídos por Albert von Le Coq. El Museo Británico en Londres y el Museo Nacional de Tokio también poseen colecciones importantes. Asimismo, el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York tiene algunos frescos y artefactos menores. La dispersión de estos frescos plantea importantes cuestiones sobre la ética de su adquisición y el deber de conservación y exposición al público.

El debate sobre la restitución

La cuestión de la devolución de los frescos de Bezeklik es un tema delicado y complejo. Existen argumentos tanto a favor como en contra de la restitución de estos artefactos.

Los partidarios de la restitución argumentan que devolver los frescos sería un acto de justicia histórica. Los frescos fueron sacados de su contexto original sin el consentimiento de las comunidades locales, y su devolución permitiría a estas comunidades reconectarse con su herencia cultural. Además, devolver los frescos ayudaría a restaurar la integridad de las cuevas de Bezeklik, permitiendo a los visitantes y estudiosos apreciar las obras de arte en su contexto original.

Por otro lado, algunos argumentan que los frescos están mejor conservados en museos donde pueden ser adecuadamente cuidados y accesibles a un público global. También sostienen que los frescos fueron adquiridos en un período en que las normas sobre la exploración y adquisición de artefactos no eran tan estrictas como hoy, y que los museos poseen estos artefactos de manera legal. La devolución de artefactos también requiere acuerdos legales y logísticos complejos, así como la garantía de que los sitios originales puedan proteger y conservar adecuadamente los frescos.

Propuestas para la restitución

Si se decide proceder con la restitución, hay varias maneras en que esto podría llevarse a cabo. Los museos occidentales podrían devolver todos los frescos y artefactos a China, lo que implicaría una colaboración estrecha para garantizar el transporte y la conservación adecuados. Otra opción intermedia sería devolver una parte significativa de los frescos, mientras que los museos occidentales podrían retener algunos para exposición y estudio. Otra propuesta es establecer acuerdos de préstamo a largo plazo, permitiendo que los frescos sean exhibidos en China durante períodos extendidos, mientras permanecen legalmente en posesión de los museos actuales.

La devolución

La devolución de los frescos podría llevarse a cabo de diversas maneras. Una devolución total implicaría una colaboración estrecha entre los museos occidentales y las autoridades chinas para garantizar que los frescos sean transportados y conservados adecuadamente. Otra opción sería una devolución parcial, en la que los museos devolverían una parte significativa de los frescos mientras retienen algunos para exposición y estudio. También se podrían establecer acuerdos de préstamo a largo plazo, permitiendo que los frescos sean exhibidos en China durante períodos extendidos, mientras permanecen legalmente en posesión de los museos actuales.

Los Mil Budas de Bezeklik son un tesoro cultural e histórico de inmenso valor. El saqueo de sus frescos por exploradores occidentales ha dejado una cicatriz en el patrimonio cultural de China y ha planteado preguntas importantes sobre la ética de la exploración y la conservación del arte. Aunque el debate sobre la restitución de estos frescos es complejo, es esencial encontrar una solución que honre y respete tanto la herencia cultural de la región como la necesidad de preservar y compartir el arte con el mundo. La devolución de los frescos de Bezeklik no solo sería un acto de justicia histórica, sino también un paso hacia la reconciliación y la comprensión intercultural.

La devolución de estos frescos sería un acto de justicia histórica que ayudaría a restaurar la integridad cultural de las cuevas de Bezeklik y promovería una mayor comprensión y respeto intercultural.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído