Tal día como hoy de hace cuatro años Cataluña culminaba su pulso al estado con la celebración de un referéndum que tuvo un algo de apoyo institucional y un mucho de autoorganización ciudadana. Los independentistas lograron poner las urnas y acudieron a votar en masa mientras que las imágenes de la policía reprimiendo el referéndum dieron la vuelta al mundo.
Descabezar al independentismo
El choque de trenes se consumó y el aparato del Estado atacó al independentismo sin muchos titubeos. Para la historia quedará aquel “Hemos descabezado al independentismo” de la entonces vicepresidenta del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría. Y razón no le faltaba, ya que acabaron en prisión o en el exilio los líderes de todos los partidos independentistas y de las asociaciones civiles que habían apoyado la celebración del referéndum. Pero no sólo los representantes políticos o institucionales fueron reprimidos. Agrupaciones civiles como los Comités de Defensa de la República (CDR) fueron perseguidos y tratados como terroristas.
Pocos cambios
Cuatro años después las cosas no parecen haber cambiado demasiado, al menos en cuanto a mayorías se refiere ni tampoco en el nivel de autogobierno que posee Cataluña. Pero hay dos cosas relevantes que sí han cambiado. Por un lado, en la Moncloa se ha instalado un gobierno de progreso y, por otro, el independentismo no está tan unido como si lo estaba hace cuatro años.
Reunión de gobiernos
Ayer concluyó el Debate de Política General en el Parlamento de Cataluña y la división entre Esquerra Republicana y JuntsxCat volvió a quedar manifiesta en cuanto a la composición de la Mesa de Diálogo. Mientras que ERC defiende que solo miembros del Gobierno de la Generalitat pueden asistir a la Mesa, desde Junts proponen que puedan asistir a las negociaciones nombres ajenos al ejecutivo. La formación liderada por Carles Puigdemont no tuvo representación en el primer encuentro entre los gobiernos cstalán y español. Aunque tampoco parece preocuparles demasiado, dado la prácticamente nula fe que han mostrado en las negociaciones entre el soberanismo y el Gobierno de Pedro Sánchez.