El año 2024 ha marcado un trágico hito en la sanidad española: las agresiones a médicos alcanzaron la cifra histórica de 847, lo que supone que cada diez horas un profesional sanitario sufre un ataque. A pesar de la gravedad de la situación, menos de la mitad de estos episodios fueron denunciados. Así lo ha revelado la Organización Médica Colegial (OMC), que desde 2010 ha contabilizado 8.108 agresiones, una cifra equivalente al total de médicos colegiados en provincias como Zaragoza o Asturias.
Una violencia creciente y normalizada
El informe del Observatorio Nacional de Agresiones de la OMC subraya que las agresiones se han convertido en un problema estructural en la sanidad. El perfil más afectado es el de una médica de entre 36 y 55 años, que trabaja en atención primaria, donde ocurren casi la mitad de los ataques. En la mayoría de los casos, se trata de amenazas, coacciones e insultos (48%), aunque un preocupante 11% de las agresiones son físicas.
A pesar de la gravedad del problema, solo el 43,5% de los casos llegan a ser denunciados, lo que pone de manifiesto un preocupante nivel de normalización de la violencia en la sanidad. "Muchos profesionales no denuncian por miedo a represalias o por la sensación de que el sistema no les protegerá", explica José María Rodríguez Vicente, secretario general de la OMC.
Principales motivos de las agresiones
Las causas que originan estos ataques están mayoritariamente relacionadas con discrepancias sobre la atención médica recibida (50,9%), informes que no cumplen con las expectativas de los pacientes (11,6%) y conflictos relacionados con la incapacidad temporal (11,6%). En un 20% de los casos, las agresiones se deben a problemas estructurales como los largos tiempos de espera o el mal funcionamiento del sistema sanitario.
El agresor más común es un paciente programado (46,5%), seguido de pacientes no programados (32%) y acompañantes (19,8%). El 62,4% de las víctimas son mujeres, una tendencia que se ha mantenido constante en los últimos años.
El impacto en los profesionales y la respuesta institucional
El impacto de estas agresiones en la salud mental y física de los profesionales es preocupante. El 14% de las víctimas terminan de baja laboral, lo que agrava la crisis de personal en la sanidad. "Estamos perdiendo vocaciones, la gente no quiere ejercer en ciertas áreas por el miedo a ser agredida", lamenta Tomás Cobo, presidente de la OMC.
Desde el Ministerio de Sanidad se están explorando medidas como la "pseudoanonimización" de los profesionales sanitarios, permitiendo que en situaciones de riesgo puedan ser identificados por códigos en lugar de sus nombres reales. Además, cerca de 100 médicos han solicitado protección jurídica a la Fundación para la Protección Social de la OMC, y más de 3.400 han participado en formaciones para prevenir y responder a agresiones.
Reclaman un plan nacional
La OMC y los profesionales sanitarios exigen un plan coordinado a nivel estatal para prevenir la violencia en el sector, endurecer las sanciones y mejorar la protección de los médicos. En el Congreso, el PP propuso una ley para frenar las agresiones a sanitarios, pero fue rechazada por la mayoría parlamentaria.
"No podemos permitir que la crispación política y social siga trasladándose a las consultas. Necesitamos educación, prevención y leyes que realmente protejan a los profesionales", concluye Cobo. Mientras tanto, las agresiones siguen aumentando y el miedo se ha instalado en las consultas de miles de médicos en toda España.