Alarma en Bruselas ante el proceso de "saudización" de la economía española

07 de Septiembre de 2023
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Saudi Arabian Airlines

En Bruselas han saltado todas las alarmas tras la compra de un importante paquete de acciones de Telefónica (casi un 10 por ciento) por parte de Arabia Saudí. El hecho de que un Estado teocrático que no respeta los derechos humanos pueda tener el control de las economías de la zona europreocupa y mucho en la UE. El paulatino proceso de “saudización” de la economía europea es un hecho innegable.

Tradicionalmente, el gran objetivo de la política del Gobierno saudí ha sido la diversificación de la economía para hacerla menos dependiente del petróleo y la industrialización del país. Ello supone desarrollar el sector no petrolero, fundamentalmente la industria, así como aumentar el nivel de empleo de la población saudí, según el informe que sobre este país hizo la Oficina Económica y Comercial de España en Riad. Es decir, hay un plan, un programa de expansión de los árabes fuera de sus fronteras.

La crisis fiscal derivada de la bajada de los precios del petróleo de mediados del 2015 hizo que en un primer momento se optara por continuar con la política de inversiones mediante deuda y descenso de las reservas de divisas. Pero en abril de 2016 se aprobó un nuevo plan de desarrollo llamado "Visión 2030", para aumentar la presencia árabe en Occidente.

En abril de 2018, el príncipe Mohammed bin Salman, Príncipe Heredero, vicepresidente del Consejo de Ministros y ministro de Defensa, realizó una visita oficial a España, por invitación del Gobierno español, para mejorar las relaciones entre los dos países amigos y desarrollar áreas de cooperación. Dicha visita contribuyó decisivamente a la constitución de la empresa conjunta entre Navantia y Saudi Arabian Military Authority para la construcción de cinco corbetas para la armada saudí por un importe de 1.800 millones de euros. La empresa mixta que las desarrolla inició su singladura a finales de 2018. Además, durante las últimas visitas de los Reyes de España se han firmado acuerdos para la promoción y protecciónrecíproca de inversiones publicados en el BOE. Sin embargo, nadie en los sucesivos gobiernos, ni del PP ni del PSOE, vio venir que lo que pretendía ser un acuerdo de colaboración se ha terminado convirtiendo en un proceso de colonización o saudización, es decir, un desembarco a gran escala en las empresas del Íbex con el que los jeques tratan de tomar posiciones y controlar el sistema económico español y europeo. Se les ofreció colaboración y los saudíes se han metido en España hasta la cocina.

Hasta hace poco, Arabia Saudí ocupaba el puesto 37 en el ranking de países inversores en España, según el citado informe, y este escaso balance es el que trata de solucionar el Gobierno de Riad reforzando su presencia en los buques insignia de la economía de nuestro país. Arabia Saudí forma parte de prácticamente todos los organismos económicos multilaterales, donde mantiene un papel activo. Paralelamente, ha llevado a cabo una política de estrechamiento de sus relaciones económicas, traducido en numerosos acuerdos económicos bilaterales con los principales países del mundo.

Arabia ha suscrito numerosos acuerdos económicos y sectoriales con Estados Unidos, Reino Unido y, recientemente, Francia, pero también con países africanos, latinoamericanos y asiáticos. Por otra parte, Arabia Saudí mantiene acuerdos económicos con los países menos desarrollados de religióndominante musulmana, a los que financia proyectos de desarrollo a través del Saudi Fund for Development.

La liberalización de los mercados y la globalización, por la que apostaron en su día los gobiernos de Felipe González y José María Aznar, han terminado por privatizar grandes empresas españolas. El siguiente paso es su venta a grandes compañías extranjeras o, aún peor, a países que no respetan los derechos humanos. Países que exportan no solo un capitalismo corrupto basado en el petrodólar, el blanqueo de capitales y la venta de armas, sino también sus ideologías religiosas radicales (extremistas o fundamentalistas) que discriminan a la mujer y reprimen duramente a los homosexuales. Esta situación ha hecho saltar las alarmas en la UE.

Según informa hoy mismo la Cadena Ser, que cita fuentes de la Comisión y el Parlamento Europeo, tras la compra de acciones de Telefónica por parte del régimen de Riad, Bruselas ha encargado ya “un informe sobre las implicaciones de que países como China o Arabia Saudí sean propietarios de infraestructuras críticas como las telecomunicaciones”. En ese informe, Bruselas advierte de que “al contrario que en los países democráticos, las distinciones entre el Estado y las empresas privadas diluyen la distinción entre los intereses comerciales, políticos y militares”. Es decir, que la Unión Europea desconfía de que ciertas compras respondan sólo a intereses comerciales. Además, este tipo de operaciones financieras voraces “crean canales de influencia sobre los responsables europeos. Contra esta amenaza de influencia la UE está poco preparada”.

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