Arabia Saudí, un país que no respeta los derechos humanos, compra casi el 10 por ciento de acciones de Telefónica

06 de Septiembre de 2023
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Mujeres Arabia fútbol

Continúa el progresivo e imparable proceso de venta de las grandes empresas españolas a multinacionales y gobiernos extranjeros. STC Group, el principal operador saudí, ha adquirido una participación del 9,9 por ciento en Telefónica por un importe total de 2.100 millones de euros y se convierte en el mayor accionista, según ha informado este martes en un comunicado. De esta manera, otro de los grandes buques insignia de nuestra economía queda en manos del capital exterior, un hecho que comenzó con Felipe González, prosiguió con Aznar y se culminó con los gobiernos sucesivos.

El proceso de liberación es altamente tóxico para los intereses de España. No solo porque el poder decisorio pasa a agentes extranjeros, sino porque miles de puestos de trabajo pueden verse afectados si los nuevos accionistas vienen con ideas de reconvertir la empresa intervenida. De momento, los saudíes han anunciado que no piensan entrometerse en el funcionamiento de Telefónica. Las buenas palabras de siempre cada vez que se produce una compra de acciones. Al principio los nuevos gestores anuncian que se mantendrán al margen, pero poco a poco la injerencia se hará más evidente. ¿Para qué compra una gran compañía otra en un país extranjero, en este caso realizando una inversión por importe de 2.100 millones de euros? Evidentemente para influir, para tomar decisiones, para gestionar en el corto y medio plazo con sus petrodólares.

La descapitalización de nuestra economía es un cáncer peligroso. Los Estados necesitan protegerse ante este tipo de tiburones o grandes gigantes de la globalización que se creen con derecho a controlar un país. En el caso de Arabia Saudí, además concurre el agravante de que se trata de un país que nos respeta los derechos humanos, que esclaviza a la mujer y que persigue al colectivo LGTBI. No hace falta recordar que aún sigue sin aclarar el asesinato de Jamal Khashoggi, el periodista de The Washington Post disidente con el régimen que fue liquidado y descuartizado por agentes del gobierno. Un crimen que salpicó al príncipe Mohamed bin Salmán. De ahí que un país democrático como España deba tener especial cuidado con quién entra a controlar sus grandes multinacionales. La única solución ante tal rapiña pasa por la nacionalización de las grandes empresas estratégicas, es decir, aquellas cuya actividad tiene que ver con los servicios públicos básicos para los ciudadanos, en este caso el derecho a la comunicación representado por Telefónica. El libre mercado debe tener unos límites. No todo vale. 

La inversión se ha realizado mediante la adquisición de acciones representativas del 4,9% del capital social de Telefónica y de instrumentos financieros que confieren una exposición económica sobre otro 5% del capital social de Telefónica.

STC Group obtendrá los derechos de voto correspondientes a ese 5,0% mediante la liquidación física de los referidos instrumentos financieros tras la obtención de las autorizaciones regulatorias necesarias. Desde la compañía han aclarado que no tienen intención de adquirir el control o una participación mayoritaria en Telefónica. "Se trata de una gran oportunidad de inversión que nos permite utilizar nuestro sólido balance y mantener al mismo tiempo nuestra atractiva política de dividendos", han apuntado.

Además, según han resaltado, esta adquisición representa otro hito importante en su estrategia de expansión y crecimiento, y refleja la confianza en el crecimiento sostenible y el potencial alcista de Telefónica. Como parte de su estrategia de crecimiento, STC ha realizado una serie de inversiones en el sector de la información, la comunicación y la tecnología, tanto en Arabia Saudí como en el extranjero, siendo la más reciente la adquisición por su filial Tawal de los activos de torres de telecomunicaciones de United Group en Bulgaria, Croacia y Eslovenia.

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