El temario de Historia de España para la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en Madrid experimenta un giro significativo en 2024, con cambios que despiertan polémica entre la oposición. De acuerdo con el nuevo programa, desaparecen de los contenidos temas como el "feminismo" y los "Objetivos de Desarrollo Sostenible" (ODS) de la ONU, a la vez que se refuerza el concepto de "Reconquista", en sustitución de la "Conquista" de la Península. Este ajuste, a ojos de la oposición, no es un simple cambio de redacción, sino una clara estrategia ideológica impulsada por el Partido Popular.
El feminismo y los ODS, fuera de los exámenes
La principal modificación afecta a la formulación de los contenidos de la asignatura de Historia de España. En el temario del curso 2023/2024, el apartado que trataba sobre el feminismo y la igualdad social se encontraba bajo el título "Feminismo e igualdad. Compromiso social, asociacionismo y voluntariado". En su lugar, en el programa de 2024/2025, se presenta como "La mujer en la sociedad española", un cambio que, para los críticos, suaviza el contenido y lo aleja de una perspectiva de género.
Otro de los cambios sustanciales se refiere al apartado de los "reinos cristianos" en la Edad Media. Mientras que el año pasado el texto hablaba de "la Conquista de la Península", en este 2024 se habla de "la Reconquista", un término con connotaciones históricas y políticas específicas, que remite a una visión de la historia que ha sido asociada tradicionalmente con un enfoque conservador y religioso.
¿Qué implica realmente hablar de "reconquista"?
Varios expertos en historia medieval advierten sobre el uso del término "reconquista", al considerarlo una palabra cargada de ideología y con una visión simplificada de un proceso largo y complejo. Señalan que su origen se remonta al siglo XIX, cuando se popularizó con fines nacionalistas, alejándose del contexto y la realidad de la Edad Media.
La idea de una “Reconquista” como una campaña continua y uniforme para recuperar territorios no refleja la diversidad de situaciones históricas que se dieron. En lugar de una guerra ininterrumpida entre bloques enfrentados, existieron múltiples fases, alianzas puntuales e intercambios entre los distintos reinos cristianos y musulmanes.
Uno de los mitos más emblemáticos es el de la batalla de Covadonga, cuya existencia ha sido cuestionada por algunos estudiosos. En las crónicas cristianas anteriores al año 883 no hay mención alguna de esta batalla. El relato más antiguo, además, está literalmente tomado de pasajes bíblicos: Pelayo no aparece venciendo a musulmanes, sino a los caldeos, un pueblo de la antigua Mesopotamia. Se trata, en realidad, de una adaptación de fragmentos del libro del Éxodo y del Primer Libro de los Jueces.
El término “reconquista” está también profundamente vinculado al pensamiento nacionalcatólico, lo que añade una capa ideológica que puede distorsionar el análisis histórico riguroso.
Además, los propios protagonistas medievales no hablaban de “reconquistar” España. Para ellos, el objetivo era recuperar territorios concretos, muchas veces por motivos políticos o económicos, y no por una idea moderna de nación. La noción actual de “Reconquista” es, por tanto, una construcción posterior que no encaja del todo con la mentalidad de la época.
El tercer ajuste, que ha suscitado fuertes reacciones, tiene que ver con la eliminación de los ODS. Los objetivos globales que promueven el fin de la pobreza, la igualdad de género y la acción por el clima han sido retirados del temario en favor de otros contenidos más acordes con la ideología del PP. Esta decisión no ha pasado desapercibida, especialmente para Vox, que ha vinculado esta medida a la oposición a lo que consideran "globalismo" y "consenso progre".
¿Un cambio necesario o una maniobra ideológica?
Desde la Comunidad de Madrid se ha defendido que estos ajustes son necesarios para adaptar el temario a las directrices locales y evitar contradicciones con la normativa regional. No obstante, la oposición madrileña, encabezada por el PSOE, ha denunciado que estas modificaciones responden a una "agenda ideológica" impuesta por el PP, que busca despojar a los estudiantes de contenidos clave relacionados con el feminismo y los derechos sociales.
Esteban Álvarez, portavoz de educación del PSOE en la Asamblea de Madrid, fue tajante al calificar de "impresentable" la eliminación de términos como el feminismo o los ODS. "Es un intento de retroceder en el tiempo, de borrar avances democráticos", afirmó. La crítica también se centró en el término "Reconquista" que, según la oposición, refleja un enfoque de la historia que favorece una visión monolítica y excluyente de España.
Una larga trayectoria de cambios educativos en Madrid
Este no es el primer intento de la Comunidad de Madrid por modificar contenidos educativos con tintes ideológicos. Hace tres años, el entonces consejero de Educación, Enrique Ossorio, ya anunciaba la eliminación de varios términos relacionados con el feminismo y la ecología en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). En ese momento, el Ejecutivo madrileño alegó que estos términos no eran adecuados ni reconocidos por la Real Academia de la Lengua.
El cambio de esta vez, según expertos, refleja una tendencia creciente de la derecha por influir en los contenidos educativos a nivel regional, de forma que se ajusten a una visión política concreta, especialmente en cuestiones de género y sostenibilidad.
¿Qué está en juego?
Lo que está en juego no es solo una cuestión de terminología. Los cambios en el temario para la PAU representan un debate mucho más profundo sobre qué historia se debe enseñar y cómo se debe enfocar la educación de las nuevas generaciones en temas tan cruciales como la igualdad de género, la sostenibilidad y los derechos humanos.
Los estudiantes de la Comunidad de Madrid que se enfrenten a estos exámenes verán reflejados estos cambios en sus pruebas, lo que plantea un reto para aquellos que creen que el feminismo y los ODS son valores fundamentales en la sociedad actual. ¿Deberían los contenidos de la historia de España ser modificados para ajustarse a visiones políticas cambiantes? ¿O es esencial que los temarios se mantengan fieles a los principios democráticos que guían la educación en el siglo XXI?
En definitiva, estos cambios no solo afectan a la educación en Madrid, sino que abren un debate nacional sobre el control ideológico de los contenidos educativos y sobre cómo los valores que damos a las generaciones futuras moldean el futuro de toda una sociedad.
No se trata de aprender, se trata de sacar una buena nota
El problema es serio: cuando madres y padres explican estos temas desde una perspectiva progresista o con una visión fiel a la realidad, sus hijos e hijas se arriesgan a obtener un suspenso. Es una contradicción dolorosa. Aunque resulte frustrante y contradictorio con los valores que se transmiten en casa, los alumnos y alumnas deben ajustarse a las respuestas que les han indicado que deben dar si quieren aprobar. Porque, en muchas ocasiones, lo que se evalúa no es el pensamiento crítico, sino la obediencia al temario oficial o a la ideología del examinador.