La sociedad actual tiende a invisibilizar de manera casi absoluta las problemáticas que viven los jóvenes. Los gobiernos presididos por Isabel Díaz Ayuso y por Pedro Sánchez no se diferencian mucho en este ámbito. El sistema actual empuja a los jóvenes a tener varios trabajos precarios, a aceptar prácticas no remuneradas, a compartir piso por imposición hasta los 40 y a sufrir las consecuencias mentales que supone soportar los discursos meritocráticos de un mundo injusto.
Uno de los ámbitos donde más se nota este escenario de precariedad crónica es en el acceso a la vivienda. La Comunidad de Madrid lleva décadas aplicando un modelo residencial basado en favorecer a especuladores y rentistas que disparan el mercado inmobiliario hasta hacerlo prácticamente inaccesible a las familias de clase media y trabajadora.
Isabel Díaz Ayuso es muy dada a realizar grandes anuncios de planes impactantes que, posteriormente, no tienen los resultados prometidos y que, por la precarización de los servicios públicos, es gestionado de manera tan deficiente que provoca graves problemáticas sociales.
Esto es lo que está sucediendo con el Bono Joven de Alquiler, una ayuda mensual de 250 euros destinada a jóvenes trabajadores de entre 18 y 35 años, aprobada por el gobierno de Pedro Sánchez en enero de 2022 y que debe gestionar cada comunidad autónoma.
Sin embargo, en la Comunidad de Madrid la gestión es un verdadero desastre. Según los últimos datos aportados por la Consejería de Vivienda, en septiembre 2023 se había pagado a tan solo un 20% de los 11.000 beneficiarios, unas 2.000 personas que han cobrado solo lo correspondiente al alquiler de 2022. El dinero sigue llegando a cuentagotas para algunos, mientras la mayoría continúan sin recibir un céntimo de un dinero que fue adjudicado después de pasar por mil y un aros burocráticos.
En el Madrid de Ayuso, no hay duda de que una ayuda para caseros o una reducción fiscal para grandes propietarios no habría tardado en ser implementada. Sin embargo, la clase trabajadora es la que siempre queda atrás.
En septiembre, el precio de los alquileres alcanzó su máximo histórico: Madrid ostenta el dudoso honor de ser el segundo municipio (17.7€/m2) y la primera comunidad (16.1€/m2) con el alquiler más caro de toda España, según cifras del portal inmobiliario Idealista.
En los últimos 10 años, el precio del alquiler ha escalado un 61,8% en Madrid, con un incremento del 10,7% en Madrid capital y un 9% en toda la región tan solo en el último año. Mientras tanto, los salarios de la mayoría no suben al mismo ritmo, con una media de 3,3% en la última década. La vida se sigue encareciendo para las clases medias y trabajadoras en beneficio de unos pocos.
Los jóvenes están hartos de no poder emanciparse, de no llegar a fin de mes, de ver cómo los salarios valen cada vez menos mientras son los mismos los que siguen haciendo negocio con las vidas de las personas.