Pablo Casado, de cara al público, se muestra despreocupado por las nuevas revelaciones de Luis Bárcenas sobre la financiación ilegal del Partido Popular ni por el contenido del escrito remitido a la Fiscalía. Sin embargo, el líder del PP sí que está frustrado porque el hecho de que Bárcenas vuelva a salir a la palestra está siendo un nuevo lastre a su labor de destrucción del Gobierno de coalición de izquierdas. Que la presunta corrupción del PP vuelva a ocupar la actualidad puede destrozar los esfuerzos de Casado para erigirse en alternativa a Pedro Sánchez, sobre todo en un momento en que Vox está creciendo.
Tras la filtración del escrito del extesorero, el argumentario lanzado desde Génova tiene dos líneas: en primer lugar, mostrar públicamente el hastío que supone que este caso vuelva a salir a la actualidad y, en segundo término, desvincular a la nueva dirección del pasado haciendo ver que todo lo que afirma Bárcenas nada tiene que ver con la actuación actual del PP.
Casado, en la Cadena COPE, afirmó que «ese PP ya no existe», y se reivindicó porque la militancia del partido le eligió para «pasar página de cualquier conducta no ejemplar en el partido».
Sin embargo, por mucho empeño que ponga Casado, las nuevas acusaciones del extesorero, las revelaciones de que ha existido una negociación con el PP para «enterrar el hacha de guerra», el juicio sobre los papeles de Bárcenas que empieza mañana y la comisión de investigación sobre el uso de fondos reservados para destruir pruebas contra el PP, le dificultan hacer creíble las pautas marcadas en el argumentario. Por eso, Casado y su dirección han decidido atacar como elemento de defensa, es decir, el recurso de quien está de verdad acorralado y, por eso, han decidido utilizar los métodos de propaganda de Goebbels y han pretendido culpar al PSOE de ser el responsable de la filtración del escrito de Bárcenas.
Por otro lado, aunque de cara al público se traslade que la financiación irregular del PP es un tema ya amortizado, también hay mucho temor a que Bárcenas aporte nuevas pruebas que afecten a Mariano Rajoy, sobre todo desde la acusación incluida en su escrito de que el expresidente fue uno de los dirigentes que cobraban sobresueldos en negro que procedían de donativos de empresas que se recibían a cambio de concesiones de contratos públicos. Además, el extesorero señaló en su escrito a la Fiscalía que Rajoy tuvo en sus manos pruebas de esta contabilidad paralela y que las destruyó.
No obstante, Rajoy no es el único al que apuntó Bárcenas, puesto que en su escrito afirmó que la corrupción venía desde la época de Alianza Popular, es decir, que podrían salpicar también a José María Aznar, padrino político de Casado, quien también fue vicesecretario de Comunicación con Rajoy. De ahí que, incluso, se haya llegado a crear una teoría de la conspiración en la que tanto la Fiscalía como el Gobierno se constituyen en un arma contra el Partido Popular.