La política sanitaria del gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla no engaña a nadie, pero tampoco deja de asombrar a diestro y siniestro. El presidente andaluz alardea en cada ejercicio presupuestario de dedicar a la sanidad pública las cuentas más abultadas de la historia de la autonomía andaluza. Y así cada año. Lo que no cuenta es cómo una buena parte de esas cuentas públicas dedicadas a la sanidad pública se derivan a mantener briosas las cuentas de resultados de las aseguradoras privadas mediante una política de conciertos que no ha hecho más que incrementarse desde que el PP llegó al poder en Andalucía a comienzos de 2019. Un ejemplo práctico lo tenemos este verano en las pruebas radiodiagnósticas del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, el segundo de referencia en la provincia más poblada de toda la comunidad tras el Virgen del Rocío, cuyas instalaciones prácticamente cierran por vacaciones mientras la agenda de las clínicas privadas trabajan con conciertos con la sanidad pública a pleno rendimiento desde las seis de la mañana hasta las 12 de la noche, como denuncia la sección sanitaria de UGT Andalucía.
Andalucía dedicó el pasado 2024 el 4,4 % del presupuesto de la Consejería de Sanidad, el más abultado de todos los departamentos, a conciertos con clínicas privadas, un total de 579 millones de euros. Esta cantidad es superior en más de 20 millones de euros al presupuesto que la Consejería de Sanidad destinó en todo el año para nuevas infraestructuras sanitarias, 557 millones.
Moreno Bonilla destina el 4,4% del Presupuesto andaluz a conciertos con clínicas privadas, más 20 millones de euros por encima de lo destinado a nuevas infraestructuras de la sanidad pública
UGT Sanidad ha denunciado que un concurso aprobado por el ejecutivo de Moreno Bonilla ha posibilitado que tres empresas sanitarias privadas se repartan el pastel de las pruebas radiodiagnósticas del Hospital Virgen Macarena de Sevilla mientras sus instalaciones permanecen prácticamente cerradas y sin actividad durante el verano por la política del ejecutivo andaluz de no reforzar las plantillas durante la época estival ni tampoco mantener en funcionamiento las propias instalaciones públicas.
De este modo, este mes de julio, el citado hospital público de Sevilla echa el cierre a 12 de las 30 unidades de radiodiagnóstico con que cuenta, una cantidad que se incrementa en los próximos meses de agosto y septiembre hasta las 21 salas cerradas de las 30 disponibles. “Es absolutamente indignante comprobar que mientras el personal que trabaja en estas salas de radiodiagnóstico no se emplea por las tardes y fines de semana mientras en las privadas no paran durante todo el día todos los días de la semana”, lamenta la representante sindical de UGT en el Virgen Macarena.
La derivación a clínicas privadas es la única alternativa que ofrece el ejecutivo andaluz de Moreno Bonilla, con el consiguiente beneficio para las arcas de sus gestores gracias al dinero de todos los andaluces. “Nuestro centro genera miles de peticiones de pruebas que tienen que ser derivadas y ahora durante la época estival más todavía”, denuncia UGT. Esta situación provoca al mismo tiempo el engrosamiento de las listas de espera aún más, que a su vez es la excusa ideal para continuar la política de privatización de la sanidad pública, una perita en dulce sabiendo que este departamento mueve uno de cada tres euros del Presupuesto de todos los andaluces.
La Junta de Andalucía destina este 2025 a la sanidad pública un tercio de los Presupuestos, concretamente 15.247 millones, un 7% de incremento respecto al del pasado 2024, lo que se traduce en mil millones de euros más.